Santa Águeda en Aranda y la Ribera

Máximo López Vilaboa / Aranda
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La que se considera patrona y protectora de las mujeres siempre ha estado muy presente en la comarca. Además de la capital ribereña, en Peñaranda de Duero es típica la celebración de su día

Imagen tomada hacia 1955 de la Plaza Mayor de Peñaranda de Duero, con la colegiata de Santa Ana, de donde sale la procesión, al fondo. - Foto: Román Romero / Burgos

Hoy es el día de Santa Águeda, una fiesta de tradicional celebración entre las mujeres. Santa Águeda murió martirizada en Catania (Sicilia) el 5 de febrero de 251. Era una joven cristiana de extraordinaria belleza que había hecho voto de castidad por su fe en Jesucristo. Rechazó a un pretendiente llamado Quintiliano que era el cónsul romano de Sicilia. Éste la envió, con intención de corromperla, a un burdel dirigido por una anciana llamada Afrodisia en la que también se prostituían sus nueve hijas. Pasado un mes, y visto que la joven seguía firme en sus convicciones, Quintiliano mandó que la apaleasen, desgarrasen sus carnes y le cortasen los pechos, encerrándola después en un calabozo. Allí quedó curada de sus heridas por un milagro del apóstol San Pedro, que hizo reaparecer sus pechos, y se apareció llenando de luz la oscura mazmorra. Quintiliano se puso furioso y mandó que arrastrasen a la joven sobre ascuas encendidas hasta la muerte. A causa del tormento de los pechos fue considerada patrona de las nodrizas y abogada de las enfermedades de los pechos. Las mujeres que estaban amamantando a sus hijos y no tenía leche se encomendaban a Santa Águeda. Con el tiempo Santa Águeda también será considerada patrona y protectora de las mujeres.

Según Silverio Velasco en Aranda de Duero existía en el siglo XV una ermita dedicada a Santa Águeda. La misma debía de ser de estructura muy sencilla y se encontraba muy cerca de Sinovas.

Desde antiguo se celebraba la fiesta de Santa Águeda en el barrio de San Juan. Aunque no existía una cofradía canónicamente constituida, todos los años se celebraban los cultos en la parroquia de San Juan Bautista. Esta fiesta, además de su carácter religioso, era un día de convivencia entre los vecinos: jugaban a los bolos, compartían pastas… Al ser una fiesta de invierno en muchas ocasiones había que guarecerse de las inclemencias climatológicas por lo que era frecuente que los dulzaineros amenizasen la jornada desde un portalón próximo a la parroquia. Son muy recordadas las actuaciones de tres primos arandinos: Rufo, Ángel y Celerino Zapatero. Éste último es el autor de la Zarzuela de Aranda. Estos músicos arandinos llegarían a actuar con sus dulzainas en las ciudades más importantes de España e incluso en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929.

En la actualidad es la Asociación de Consumidores y Amas de Casa UNAE-Aranda la que lleva la iniciativa de la celebración de esta fiesta. Todo comenzará con la misa en Santa María a la una de la tarde para sacar luego a la santa en procesión por las calles Barrio Nuevo, Josefina Arias de Miranda, la Plaza del Trigo, la calle de las Boticas… para volver al punto de origen, la parroquia de Santa María, en cuya entrada se bailará a Santa Águeda. A continuación se tiene una talanquera de mantecados de aceite en el soportal de la Peña el Chilindrón, como recuerdo de aquellos aperitivos que se servían en el barrio de San Juan. El día continuará en un ambiente de fiesta y de convivencia.

Un municipio de la Ribera del Duero donde se celebra Santa Águeda con especial solemnidad y sabor tradicional es Peñaranda de Duero. Es una fiesta que se recuperó en 1992. Las mujeres de la localidad, con sus trajes regionales, van al ayuntamiento donde el alcalde entregará el bastón de mando a la mujer designada. La procesión es desde la Colegiata de Santa Ana hasta el convento de las Madres franciscanas concepcionistas, donde se celebrará la misa. El resto de la jornada transcurre como una jornada festiva cargada de gran sabor popular.

El antropólogo Julio Caro Baroja estudia los distintos aspectos que tradicionalmente rodeaban el día de Santa Águeda en Castilla. Afirma que «en ese día las mujeres tienen la iniciativa para elegir compañero de danza, ésta es de ritmo reposado y nalgueante, terminando los remoquete con culadas. Cuando se baila fuera de época en las cocinas, se dice bailar el baile de Santa Águeda».

En el tímpano de la fachada de Santa María aparece Santa Águeda vistiendo túnica ceñida a la cintura y con un manto por encima. Le falta la mano izquierda y en la derecha tiene la bandeja con los pechos amputados. Esta santa aparece situada en el intradós de los arcos de acceso a la iglesia, en concreto a la izquierda del parteluz. Aparece junto con otras santas mujeres, todas ellas mártires de los primeros tiempos del cristianismo, y que son Santa Catalina de Alejandría, Santa Bárbara y Santa Margarita de Antioquía. Figuran otras dos santas mujeres pero, al estar las esculturas gravemente mutiladas no se aprecian los atributos propios de su iconografía y es imposible su identificación. La presencia de todas estas mártires que, según la tradición, murieron jóvenes y vírgenes, ha hecho pensar que su representación junto a la Anunciación nos indica que se quiere poner de relieve la Inmaculada concepción de la Virgen María. En la Castilla de transición entre la Edad Media y la Edad Moderna el debate entre inmaculistas y maculistas estuvo muy vivo por lo que las representaciones artísticas no permanecían ajenas a la polémica.