La dimisión de 5 vocales irrumpe en el año electoral del consejo ribereño

N.L.V. / Aranda
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Los representantes del sector elaborador presentaron un escrito de renuncia el viernes. Sin embargo, al menos dos de ellos se habrían mostrado dispuestos a reconsiderar su postura

Los miembros del pleno del Consejo Regulador con el Rey el pasado año, con motivo de la inauguración la nueva sede. - Foto: DB

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero se enfrenta en estos días a uno de los momentos de mayor incertidumbre vividos durante sus casi treinta años de historia. Una situación provocada por la decisión de los cinco vocales del sector elaborador de presentar, de forma relativamente sorpresiva, su dimisión el pasado viernes. Las desavenencias con la gestión económica de este marchamo de calidad y, especialmente, la aprobación del presupuesto con el que se funcionaría este ejercicio, parece ser una de las causas que se encuentran detrás de esta determinación que, sin embargo, se habría apoyado también en otras razones que no han trascendido.

El desasosiego ante esta coyuntura viene provocado al desconocerse si la renuncia es definitiva y con carácter irrevocable o, por el contrario, no se trataría más que de un nuevo órdago de los representantes de las bodegas, que podrían estar protagonizando una nueva versión del cuento ‘Pedro y el lobo’. Y es que, en los últimos meses han sido varias las ocasiones en que este sector del pleno del consejo ha ‘amenazado’ con abandonar este órgano, con el que han chocado por la gestión de la visita del Rey a inaugurar la nueva sede de Ribera del Duero, con el, a su juicio, excesivo gasto destinado a la promoción exterior de los vinos ribereños o por entender que su representatividad es escasa.

De hecho, ayer, mientras la mayoría de los implicados daban la callada por respuesta y ni siquiera contestaban al teléfono, y desde el propio Consejo Regulador se negaban a pronunciarse sobre la situación, tan solo uno de ellos, Alfonso Velasco, reconocía que en su caso la dimisión era irrevocable, ya que en ella habían pesado motivos personales. Sin embargo, rechazaba confirmar si la renuncia de sus otros cuatro compañeros tenía el mismo carácter.

Asimismo, fuentes del plenario consultadas por este periódico reconocieron que el mismo viernes, al menos dos de los bodegueros dimisionarios se habrían mostrado dispuestos a reconsiderar su postura, por lo que consideraron que el capítulo no puede darse por cerrado, como pronto, hasta el lunes. Incluso, hubo voces que aventuraron a que la situación no quedará resuelta hasta el próximo pleno del consejo, el 24 de febrero.

También mostraron sus discrepancias con algunas de las supuestas razones esgrimidas para justificar la renuncia, descartando que las arcas ribereñas puedan atravesar un momento difícil.

Elecciones en 2012

Pero la situación se complica aún más si se tiene en cuenta el momento en que llegan estas renuncias. Sobre el papel, 2012 es año electoral en la Ribera del Duero, puesto que el actual pleno fue elegido en julio de 2007, en un proceso complicado que obligó a ir a las urnas en dos ocasiones, y todo apunta a que septiembre es el mes elegido para convocar a las urnas a viticultores y bodegueros adscritos a este marchamo de calidad para renovar a sus representantes en este órgano.

Por ello, son varias las voces, entre ellas José Manuel de las Heras, responsable de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL), que aporta un vocal al Consejo Regulador, que consideran que detrás de esta dimisión no hay más que una estrategia o golpe de efecto de cara a los próximos comicios comarcales.

En cualquier caso, desde los dos colectivos que aglutinan a los siete vocales restantes del Consejo Regulador, la Unión de Cooperativas de Castilla y León (Urcacyl), cuyos representantes celebraron ayer por la tarde una reunión de urgencia para valorar la situación, y la UCCL prefirieron mostrar cautela y pospusieron cualquier valoración a disponer de datos concretos sobre las razones que han llevado a la renuncia de estos cinco vocales, algo para lo que habrá que esperar al menos hasta mañana.

No obstante, sí que dejaron constancia de que la dimisión de estos cinco vocales no tiene por qué suponer la convocatoria inmediata de elecciones. En primer lugar, porque estos cinco representantes cuentan con otros tantos sustitutos que serían los que entrasen a formar parte del pleno ante su marcha. Y si decidieran no tomar posesión de sus cargos, tampoco estaría claro qué ocurriría, o si el pleno podría seguir funcionando en su ausencia.

Sin embargo, lo que sí que está claro es que en ningún caso puede el presidente, José Trillo, convocar elecciones anticipadas puesto que es una competencia que tiene la Junta de Castilla y León, a través de la Consejería de Agricultura y Ganadería, y es este departamento autonómico el que tiene la última palabra sobre cuándo se celebrarán los comicios en la Denominación de Origen Ribera del Duero.