En Castellón, donde lleva toda la semana "para aclimatarme, respirar este aire y quitarme el viaje los días de antes, porque cansa un poco", confiesa, Luis Alberto Hernando descuenta las horas que restan para enfilar el recorrido, de 85 kilómetros y 5.000 metros de desnivel acumulado, del Campeonato del Mundo de este sábado. "Quiero verme ya en la salida, amansar los nervios y ver si todo sale como espero", asegura el burgalés, que confía en que su "maquinaria" siga "engranada" tras la pretemporada invernal para intentar revalidar un título que ha conquistado en las dos últimas ediciones, en Peneda-Gêres (Portugal) y en Badia Prataglia (Italia).En Peñagolosa (Castellón), él persigue un doble objetivo: el oro individual y por equipos. "Creo que somos uno de los países más fuertes", dice.