Primero la devoción

J. Maiques / Burgos
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Los creadores del Albergue de Peregrinos, el CAB y la Biblioteca de San Juan enseñan a 50 estudiantes del Festival Internacional de Arte y Construcción de Covarrubias los secretos de las obras contemporáneas de la capital

Luis García Camarero muestra a los estudiantes los detalles constructivos del albergue de peregrinos. - Foto: Patricia González

Son las 10.50 de la mañana. En la calle Hospital de los Ciegos, con puntualidad inglesa, se dan cita los arquitectos creadores del albergue de peregrinos de la Casa del Cubo, del CAB y de la biblioteca municipal (en esta caso quien culminó al obra de Andrés de Celis). Están ahí, por tanto, prestigiosos profesionales como Luis García Camarero, Santiago Escribano o Jael Ortega, quienes esperan, de buen humor, a los 50 estudiantes que a esa hora prevén llegar a la capital desde el Festival Internacional de Arte y Construcción (IFAC)que se está celebrando en Covarrubias entre el 5 y el 14 de agosto. Pero no desembarcan.

Pasa el tiempo y los representantes del Colegio de Arquitectos, que habían accedido a la petición de los jóvenes y reunido a estos profesionales, no consiguen comunicarse con los organizadores. Los teléfonos de contacto están apagados y surgen dudas sobre si pueden haber tenido algún percance en la carretera. Pero pronto alguien da con la tecla adecuada. El Festival, muy jipi, en donde las jóvenes promesas realizan talleres con productos reciclables, parece que concede la misma prioridad a la fiesta que al aprendizaje. Y la máxima del jueves por la noche debió de ser, según confesaron ellos mismos, la de primero la devoción y luego la obligación. No es de extrañar que una marca de ron los patrocine.

Con unas ojeras considerables e incluso con aromas a alcohol que aún se desprenden del organismo de alguno de los muchachos, los jóvenes hacen aparición en la Casa del Cubo. Son ya las 12.45 horas. Casi dos horas después de la cita y apenas unos minutos antes de que se agotara la paciencia de los arquitectos. Estos, mientras tanto, han tenido oportunidad para tener una amena charla sobre la profesión y recordar alguna que otra batallita de la universidad. Y es que, ya estaban preparados para irise cuando comunicaron que estaban de camino.

Españoles, franceses, italianos, americanos, algún alemán, un turco, un libanés... La mezcla de nacionalidades es completa. Algunos de ellos sí demuestran su curiosidad profesional, siguiendo atentos las palabras de los expertos y haciendo fotos a los edificios y otros, menos entusiasmados, directamente optan por quedarse fuera.

El festival, que cumple su segunda edición, ha reunido este año a 250 estudiantes de arquitectura. Una idea  que nació de 3 alumnos de la Escuela Técnica de Arquitectura de Madrid.