Pedrosa de Duero: Entre un mar de viñas

DB / Pedrosa de Duero
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Este pequeño municipio situado al oeste de la comarca concentra toda la esencia de la Ribera del Duero

Juana González, alcaldesa. «Enamorada de su pueblo y de sus gentes». Con estas palabras se define esta mujer, que tras pasar más de dos décadas en Madrid, optó por volver a su tierra, donde es su regidora desde hace 13 años. - Foto: DB

A apenas cinco kilómetros de Roa, escondida entre un inmenso océano de viñedos que, entre la primavera y el otoño, confieren un característico tono verde al paisaje, se alza la villa de Pedrosa de Duero, uno de los municipios del sur de la provincia de Burgos que afronta el futuro con la tranquilidad que da a sus habitantes el saber que en estos tiempos difíciles, y de continuo éxodo del medio rural, está creciendo en población y que su apuesta económica por un sector en auge, como la vitivinicultura, parece garantizarle buenas perspectivas.

Hablar de Pedrosa es hablar de viticultura, de vino, de enología. No en vano, 500 hectáreas de su término municipal, prácticamente la mitad de las 1.200 de terrenos que tiene, están dedicadas a este cultivo. «Es todo lo que puede haber. En el páramo no se pueden plantar viñas, porque estamos al límite de la altitud permitida. Si no, plantarían todas», señala Juana González, su alcaldesa, quien destaca que entre las explotaciones, predominan las viejas, con majuelos que fácilmente rondan los 80 años y que, a pesar de dar muy poca producción, las especiales características del fruto permiten elaborar con él vinos casi únicos.

Su media docena de bodegas le otorga una de las mayores ratios de elaboradora por número de habitantes. Entre ellas, además, se encuentra una de las impulsoras de la Denominación de Origen Ribera del Duero, Bodegas Pérez Pascuas, quien junto a visionarios como Torremilanos o Protos, apostaron por el desarrollo vitivinícola de esta zona.

No parece, por tanto, casualidad que haya sido Pedrosa el lugar elegido por la Junta de Castilla y León para establecer la Estación de Avisos, destinada a detectar posibles plagas de las viñas y observar las condiciones meteorológicas, y el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, su bodega experimental en la que desarrolla experiencias necesarias para conocer el potencial de los vinos de este marchamo de calidad.

Pero como no solo de vino se vive en la Ribera, Pedrosa da cabida también a otros cultivos, como el cereal, para el que dispone de un almacén en el que atesorar el grano.

Patrimonialmente, destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, templo barroco de una sola nave dividida en cuatro tramos que guarda en su interior un pequeño retablo barroco con un hermoso Cristo de estilo gótico tardío. Además, dispone también de un moderno centro social, con salón de actos y sala de exposiciones que contribuye a dinamizar la vida de la localidad.

POBLACIÓN EN ALZA

Destaca Pedrosa por haberse sabido mover en los momentos de bonanza. Buena muestra de ello son las veinte viviendas protegidas que se construyeron en los primeros años del siglo y que ha permitido que, a día de hoy, no solo algunos jóvenes del municipio hayan optado por no marcharse a localidades mayores, sino incluso que otros hayan decidido establecerse en la villa. El hecho de que entre ellos prevalezcan las parejas jóvenes, es consecuencia directa de que, lejos de perder población, no solo esté creciendo, sino que  se esté rejuveneciendo.

Este espíritu emprendedor, del que es buen ejemplo su alcaldesa, hace que tengan varias iniciativas en la recámara «aunque está muy difícil porque está todo muy parado», reconoce González. Entre ellos, destaca su apuesta por conseguir cubrir el frontón, dotando con ello al municipio de un pabellón cubierto anexo al Centro Social y conseguir ejecutar el emisario de aguas residuales que permita derivar el saneamiento de Pedrosa a la estación depuradora de Roa de Duero.