Un aparcamiento en San Gil zanjará el pleito con el Arzobispado

N.L.V. / Aranda
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Además del acondicionamiento y vallado de la parcela para habilitar 260 plazas, el Consistorio está dispuesto a asumir el coste de derribo de la antigua capilla del camposanto

La antigua capilla del viejo camposanto arandino ha permanecido en pie a pesar de que fuera desmantelado en la década de los 80 del siglo pasado. - Foto: Diario de Burgos

Dos décadas después de que se procediera al derribo del muro perimetral que circundaba el antiguo cementerio de San Gil por entender que amenazaba ruina y casi 14 años desde que el Tribunal Supremo condenara al Ayuntamiento de Aranda a pagar una indemnización de 18 millones de pesetas de entonces -en torno a 108.000 euros- por entender que esta actuación se había llevado a cabo sin el permiso de su propietario, el Arzobispado de Burgos, el conflicto que mantenían abierto ambas instituciones podría quedar cerrado en las próximas semanas. Y todo gracias al convenio que están negociando las dos partes para convertir los terrenos por los que se extendía el desaparecido camposanto en uno de los aparcamientos que se quieren poner en funcionamiento de cara a la próxima celebración de Las Edades del Hombre.

El proyecto que maneja el Consistorio, según ha podido saber este periódico, contempla el acondicionamiento de los cerca de 9.000 metros cuadrados de superficie de estos terrenos para habilitar en ellos alrededor de 260 estacionamientos. La actuación no irá más allá que una limpieza de la parcela, en la que en los últimos años se han acumulado grandes cantidades de residuos y escombros, su compactación y nivelado con zahorra. El párking resultante sería similar al que desde 2011 funciona en la Quinta Julia, junto al Hospital Santos Reyes.

CERRAMIENTO Y CAPILLA. Además se procederá a instalar un cerramiento mediante un vallado metálico y, lo que es más importante, se procederá a la demolición y desescombro de la antigua capilla del cementerio, que permanece en pie desde que se desmanteló en las últimas décadas del siglo pasado, y que se ha convertido en un foco de basura. Únicamente quedaría en pie alguno de los arcos que delimitaban los accesos a estas instalaciones, para que de alguna manera quede constancia de su existencia. «Con estos trabajos, según lo que hemos hablado con el Arzobispado, quedarían satisfechos y se daría por zanjado el tema del muro», señalaron fuentes municipales, que calculan que la actuación tendrá un coste cercano a 45.000 euros.

En las conversaciones que mantienen ambas partes, se está pendiente también de establecer el periodo de vigencia del convenio. Al parecer, mientras desde instancias eclesiales se aboga por que el acuerdo sea por un periodo aproximado de dos años, en el Ayuntamiento se prefiere que no se establezca un plazo concreto, sino que se permita el uso de los terrenos como aparcamientos mientras no se ejecute el desarrollo urbanístico de la zona, y que contempla esos terrenos como espacio verde.

En cualquier caso, desde el Consistorio se confía en poder alcanzar un acuerdo en las próximas semanas. De esta manera, consideran que entre febrero y marzo podría ultimarse el proyecto y licitar la actuación para que, a lo largo del mes de abril, pueda entrar en funcionamiento este nuevo espacio de estacionamiento.