Regreso al Medievo

Agencias / Burgos
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La representación cuenta con la participación de doscientos vecinos y amigos que recrean con gran realismo la lucha entre los reinos de Castilla y Navarra en tierras burgalesas

Encuentro a caballo de los reyes de Castilla y Navarra, acompañados de sus hombres. - Foto: DB/Alberto Rodrigo

Atapuerca regresó al Medievo ayer a través de la representación de la batalla que recuerda la lucha que el 1 de septiembre del año 1054 mantuvieron los reinos de Castilla y de Navarra y que permitió la recuperación para Castilla de gran parte de las tierras burgalesas ocupadas por el Reino de Navarra, tras la muerte del Rey Don García. Unos doscientos vecinos de la localidad participaron en esta escenificación de la historia en la XVII Batalla de Atapuerca.

Este año la representación se dedicó al que hasta ahora había hecho de fraile, Felipe Pérez, y que falleció hace dos meses. La instalación del campamento de los recreadores dentro del área de desarrollo de la escenificación, con el objetivo de lograr una ambientación más completa, fue una de las principales novedades. Después, como cada año, la lucha entre dos pueblos. La representación comenzó a las 18,30 horas en la ladera situada detrás de la iglesia de la localidad burgalesa, cuando la cabalgata de García de Navarra parte desde el municipio de Agés hacia el campo de batalla de Atapuerca. Allí, tuvo lugar el enfrentamiento entre los dos reinos por la propiedad de estas tierras, que finaliza con la muerte del monarca de Navarra. Personajes conocidos como Diego Laínez y su hijo, un jovencísimo Rodrigo Díaz de Vivar, pudieron verse en la batalla.

El realismo es protagonista de este acontecimiento en el que participan más de treinta caballos que dan si cabe mayor rigor a lo representado con un presupuesto reducido hasta los 6.000 euros en esta ocasión. Y además, celos, amor y venganza en una lucha entre dos hermanos, el Rey Fernando I de Castilla y Don García de Navarra.

La presidenta de la Asociación Amigos de Atapuerca, Isabel Torrientes, explicó a Ical que, este año, han conseguido un «relevo generacional», con el cambio de algunos de los papeles principales «que están en manos de los jóvenes». La representación de la batalla se completó con el mercado medieval con treinta puestos y un taller para niños.