Grecia y la conexión Valdivielso

A. Castellanos / Medina
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Un profesor del Instituto Cervantes en Grecia conoció el pasado año a un pastor del Valle que le supo 'vender' Valdivielso y eso ha propiciado la llegada de helenos al municipio

Los estudiante griegos de español visitaron la ermita de San Bernabé, en Ojo Guareña, y otro monumento de Las Merindades. - Foto: DB

El mundo está lleno de casualidades y coincidencias, pero también de personas que aman su tierra y saben ‘venderla’ como nadie. Una de esas personas es Carlos Valle, el pastor de Quintana de Valdivielso que un buen día del verano de 2012 se encontró con Ángel González Sigler en la ermita valdivielsana de La Hoz. Este profesor del Instituto Cervantes en Atenas llevaba décadas surcando la carretera de La Mazorra en dirección a Cantabria hasta que el pasado año decidió adentrarse en su territorio para contemplar su atractivo de cerca.

Encontró belleza a raudales, pero también el calor de unas gentes que la pasada semana convivieron con 23 alumnos griegos del Instituto Cervantes en Atenas y que entre los próximos días 21 y 24 de julio volverán a recibir una nueva comitiva, esta vez de 24 ciudadanos helenos unidos por el aprendizaje del español. El Instituto Cervantes de Atenas y la junta vecinal de Quintana de Valdivielso han formalizado un acuerdo de colaboración que esperan siga dando muchos frutos en el futuro. El curso de rutas inéditas del Instituto Cervantes de Atenas busca «pueblos con un rico patrimonio, historia y cultura» y en Las Merindades los han encontrado.

González Sigler, profesor de los cursos de arte y del curso de rutas inéditas del Instituto Cervantes en Atenas promovió en 2011 el curso de rutas inéditas por España, de «aquellas que no aparecen en las guías turísticas y con las que es posible acercarse y conocer a sus gentes y costumbres». Cuando conoció Quintana de Valdivielso el año pasado de la mano de Carlos del Valle se dio cuenta que aquella sería su segunda ruta inédita. La primera llevó a sus alumnos a La Rioja y a los orígenes del castellano que ahora admite ha sabido que están en Valpuesta, en Burgos.

La experiencia no ha podido ser mejor. Afirma que los responsables de la junta vecinal de Quintana de Valdivielso, los hermanos Roberto y Leandro Valle y Jokin Garmilla, «se han volcado». Con un plan de visitas milimetrado al minuto, la comitiva griega, que pernoctó en la Casa Grande y la Torre de San Martín, dos alojamientos turísticos de Quintana de Valdivielso, vio casi todo lo más bello de la comarca en tan solo cuatro días. En sus salidas no faltó el espacio natural de Ojo Guareña; Espinosa y su ruta heráldica; los valles pasiegos, donde se bañaron en una cascada de película; las iglesias románicas de Siones y Vallejo de Mena; los cañones del Ebro con Valdelateja y Pesquera de Ebro; Oña, Frías; y, por supuesto, el Valle de Valdivielso y sus joyas románicas de San Pedro de Tejada y San Nicolás de Bari, en Puente Arenas y El Almiñé, respectivamente. Recorrieron el Valle de Valdivielso y sus encantos e incluso los más intrépidos realizaron una ruta por lo alto del desfiladero de los Hocinos y ahondaron en las costumbres pastoriles de quienes andaban antaño este camino de la mano de Leandro Valle.

Los estudiantes griegos de español incluso participaron en sendos programas de Radio Valdivielso, donde Ayis, uno de los viajeros se atrevió a interpretar con el buzuki, instrumento griego tradicional, parte de una canción de Yesca. La última noche de estancia en tierras valdivielsanas acabó con una gran fiesta de convivencia, donde se cantó, bailó y brindó por griegos y valdivielsanos y por mantener los lazos creados esta semana.

Banna tiene 69 años que no aparenta y regenta una academia de idiomas en Atenas. Aseguraba a DB con un español casi perfecto que «con el curso de rutas inéditas hemos aprendido todo, todo, los bailes, las costumbres, las tradiciones, la historia...». «España es mi segundo país», aseguraba esta coqueta profesora que destacaba como «somos pueblos mediterráneos muy parecidos». A su lado, Rania afirmaba que «a los españoles le gusta más la vida que a los griegos», aunque explicaba que a ello contribuye que aquí «los precios son más baratos y se puede salir cada día».

La crisis en Grecia y las similitudes con la española era una pregunta ineludible. Rania destacó haber visto «pocas tiendas cerradas y las ciudades muy bellas, mientras que en Grecia hay calles donde han cerrado el 50 ». Hechos como la representación de títeres que estaba prevista este fin de semana pasado en Quintana de Valdivielso también llamaban la atención de estos helenos no habituados a espectáculos culturales en el mundo rural.

El patrimonio arquitectónico, aunque nosotros pensamos que aún tiene mucho que mejorar, deslumbró a nuestros visitantes griegos que aseguraban que «se da importancia al menor monumento y están muy bien conservados». Pero, a pesar de la belleza del patrimonio y la riqueza natural de la comarca de Las Merindades, si con algo se quedaban estos viajeros griegos era con las personas. «Lo que más nos ha gustado es la gente, son auténticos y muy agradables», comentaba María, una publicista que lleva dos años en paro. Todos mostraban su acuerdo. Kalí andámosi.