La maña y la paciencia son dos de las características que Hilaria Criado, una vecina de Castrillo de la Vega que, a sus 95 años muy bien llevados, pasa por ser una de las más apañadas del municipio a la hora de enfrentarse a una labor. Sus convecinos lo pudieron comprobar hace unos días en una exposición en la que se pudo ver una muestra de lo que esta mujer es capaz de hacer con una aguja, hilo o lana.

Tapetes, manteles, sábanas, colchas, bolsas para peines, paños y hasta unas reproducciones a punto de cruz de la catedral de Burgos y de las Huelgas. Este tipo de obras son las que elabora Hilaria en sus ratos libres. «Como tengo mucho tiempo, voy haciendo las cosas poco a poco, lo cojo, lo dejo, empiezo otra labor, y así», comenta esta artista de las agujas.

Esta pasión por tener las manos ocupadas le viene de joven, cuando aprendió por su cuenta a hacer los diferentes puntos, a coser, incluso a hacer grandes manteles que copiaba de muestras que la dejaban. «Una vez me dejaron uno muy grande y no sabía hacerle, pero me empeñé y lo saqué primero en pequeño y luego lo hice en grande», explica Hilaria con una jovialidad digna de admiración, teniendo en cuenta la experiencia vital que tiene y todo lo que ha pasado en la vida.

Otra de las características de su personalidad es la modestia porque no le gusta alardear de su maestría en todo tipo de labores. Después de haber hecho muchos trabajos para regalar y de haber expuesto parte de su obra en Castrillo, ella no se preocupa demasiado por lo que digan los demás de sus trabajos. «Habrá gente que le guste y lo diga y otros que no, pero a mí me gusta hacerlo y ya está», aclara. Esperemos que aún le queden muchos ánimos para seguir con esta afición.