Diez iglesias protegidas en estado de riesgo

R. Pérez Barredo / Burgos
-

Una decena de los 85 templos declarados Bien de Interés Cultural que ostenta la diócesis de Burgos

El padre Vicente Sancidrián introduce la gran llave en la cerradura del portón, bajo el arco de origen románico, y este se abre con pesadez de siglos, chirriando en voz baja, como un grillo afónico. Cae una lluvia fina en la mañana gris y destemplada de noviembre. Sin embargo, es en el interior del templo donde se percibe la humedad; la iglesia de Santa Eugenia de Villegas está como un San Sebastián: asaeteada por grietas que, como mortíferas flechas, dejan entrar el agua a mares. Las cubiertas de este templo necesitan de una urgente intervención. Corre un riesgo serio. Por fortuna, es una de las iglesias declaradas Bien de Interés Cultural y en estado de alarma que tiene ya un proyecto aprobado para su arreglo, aunque la actuación se esté retrasando.

El templo, declarado BIC en 1991, tiene elementos del siglo XII, como el citado pórtico, pero esencialmente de los siglos XIV y XV. «Más que gótica es gotica. Porque se está deshaciendo gotica a gotica», dice con ironía su párroco. Las bóvedas y muchos de sus muros denotan el inexorable avance de la humedad. «Hasta ahora hemos hecho nosotros arreglos puntuales. Alguna vez yo mismo me he subido al tejado, pero desde que se produjo el derrumbe ya no vale con lo que podamos hacer», señala José Antonio, alcalde de esta villa, localidad cercana a Villadiego. «Es una iglesia muy bonita y tiene fieles. Hay que arreglarla urgentemente antes de que su estado empeore aún más», apostilla el páter.

Con las mismas necesidades que la de Villegas se encuentran otras nueve iglesias de la diócesis. Templos especialmente castigados en su techumbre, elemento esencial para la conservación de cualquier inmueble, y acechadas por otros males. No son iglesias cualquiera: todas ostentan el reconocimiento BIC, esto es, que su importancia trasciende más allá del ámbito litúrgico y han de ser protegidas porque sus características artísticas las avalan. Las propias parroquias, con la ayuda de la diócesis y de la Junta de Castilla y León, velan por ello. Pero los dineros escasean. No así el amor que los pueblos tienen por su templos, de ahí que se aúnen esfuerzos para combatir los embates del tiempo, que no le perdona a nadie.

Cerca de Villegas hay otro templo en el que urge actuar. Se trata de Santa María de los Reyes de Grijalba, Bien de Interés Cultural desde el año 1983. Una construcción maravillosa del siglo XIII en la que no se actúa desde hace veinte años. Según Juan Álvarez Quevedo, delegado diocesano de Patrimonio, su portada exige una rehabilitación a gritos. La iglesia de Aguilar de Bureba, BIC también desde 1983, posee un núcleo románico de fines del siglo XII, consistente en un ábside semicircular y dos tramos de su única nave. El ábside necesita urgentemente una intervención. En la misma comarca está en alerta roja la iglesia de Navas de Bureba, que incluso está cerrada tras el derrumbe de un paño.Data del siglo XII y tiene una hermosa portada románica, con influencias árabes en las ventanas del ábside.Es BIC desde 1983.

También imperioso comienza a ser el arreglo de las cubiertas y la torre de esa casi catedral que es la iglesia de Sasamón, que ostenta rango de colegiata. Según Álvarez Quevedo, la situación del templo es más que delicada. De su importancia da buena cuenta el hecho de que tiene plan director propio, algo que en Burgos sólo tienen la seo capitalina.Santa María la Real, declarada BIC en 1931, es eminentemente gótica aunque conserva elementos románicos.

La Ribera y el Norte

En la zona de La Ribera del Duero se sitúan dos templos en similar estado. Uno, asaz espectacular, es la colegiata de Roa (BIC desde 1980). Según el delegado diocesano de Patrimonio, la imponente torre y las portadas góticas (de entre los siglos XIII y XVI) demandan una rápida y profunda intervención. El otro templo de la Ribera es la iglesia parroquial de San Juan Bautista de Guzmán, declarada BIC en 1991. Su torre, que data del siglo XVI, necesita una reforma. En el norte de la provincia se localizan otros tres templos BIC. Uno de ellos presenta el peor de los diagnósticos.Se trata de San Cosme ySan Damián, deEncío. Protegida desde 1983, esta iglesia románica (siglo XII) «está muy grave, casi hundida», asegura Álvarez Quevedo.

Por último, en Las Merindades, la alerta roja se sitúa en Bisjueces y en Villalaín. En la primera, dedicada a San Juan Bautista y BIC desde 1991, la cubierta y el pórtico en el que destacan los elementos iconográficos relativos Nuño Rasura yLaín Calvo, Jueces de Castilla, necesitan una seria intervención. Lo mismo sucede con la iglesia de Villalaín, «una joya desastrosa» del siglo XIV.

Sobre todos estos templos pende la espada de Damocles de la ruina. La diócesis de Burgos confía en poder sacar adelante, poco a poco, proyectos que detengan ese deterioro ahora mismo imparable. Al menos tiene la fe de su lado.