La producción cerealista puede caer hasta un 30% por la falta de agua

I.P. / Burgos
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Las previsiones de la Junta, a día de hoy, cifran la merma entre un 15% y 20% respecto a 2014, campaña que se recolectó casi 1,6 millones de toneladas. Las OPA son más pesimistas

Refranes tan populares como Con el agua de mayo crece el tallo o  Mayo caliente y lluvioso ofrece bienes  copiosos dejan patente la importancia de las lluvias para el campo durante el mes que acaba de quedar atrás. Y, efectivamente, mayo ha pasado y no solo no ha traído lluvias, sino que ha estado acompañado de días de temperatura muy elevadas y noche, incluso, con heladas, afectando muy negativamente a los cultivos en la provincia. Si hace un mes, las expectativas de cosecha no eran malas, treinta días después no pueden ser peores, por la sequía que padece el campo y por la nula previsión de precipitaciones a corto plazo, que todavía podrían salvar algunos cultivos, aunque de hecho, las pérdidas ya son irreparables en, prácticamente todas las comarcas en el trigo y las cebadas tardías.

      Según la última estimación de la Comisión Territorial de Estadística, reunida el pasado viernes, la merma en la producción cerealista en la provincia se situaba entre el 15% y el 20% respecto a la campaña de 2014. Cada día que pasa, con las temperaturas tan altas y la falta de lluvia, eleva esos porcentajes; de hecho, ayer mismo, las organizaciones UCCL y UPA hablaban de una estimación global en la provincia entre el 20% y 25%, y Asaja, en un informe bastante detallado por comarcas, se atreve a dar cifras del 30 y 40% menos que la campaña pasada que tampoco fue buena, por otra parte, con una producción cerealista de 1.570.082 toneladas, un 15% menos que la de 2013, que fue excelente, con 1.764.848 toneladas. Otra característica de esta campaña es que la situación es bastante similar en todas las comarcas, aunque más acentuada en la zona sur; en Arlanza, el trigo y la cebada tardía se están perdiendo, mientras el cereal temprano aguanta porque nació bien con  la humedad, pero la sequía está provocando que el grano no engorde y tendrá un peso específico bajo; hay zonas donde está bueno, pero necesita agua pronto. En Ribera del Duero, el cambio ha sido grande, porque de unas previsiones del cereal temprano muy buenas, se ha pasado a una cosecha regular  y si sigue sin llover, los rendimientos seguirán bajando. Los cereales tardíos, muy malos. En Páramos también parecía hace un mes que la cosecha iba a ser buena, y ahora, todo lo contrario, como en Demanda.

En Arlanzón está aguantando la falta de agua, sobre todo el trigo, pero si no llueve pronto, las producciones descenderán; la cebada temprana está regular y la tardía probablemente no será económico cosecharla si sigue sin llover, aventura Asaja. En Pisuerga, la peor parte la lleva el trigo, con una merma estimada por el sindicato de entre el 30 y 40%, con posibilidad de mejora si llueve a corto plazo. La cebada se ha visto reducida, sin muchas posibilidades de cambio a esta altura de ciclo.

En Bureba-Ebro, donde las campañas suelen ser buenas, este año no lo serán por falta de agua, ya que las precipitaciones de finales de abril, no llegaron a la zona. Las lluvias puntuales del fin de semana pasado en la zona de Miranda, con 10 litros, permitirán que el campo aguante algo más. Los trigos y cebadas tempranas se han perdido casi la mitad  y las tardías sigue el mismo camino si no llueve. Finalmente, en Merindades después de los problemas que hubo para sembrar  el cereal por  las continuas precipitaciones del invierno y el encharcamiento de las fincas, ahora la sequía provoca pérdidas en los trigos de hasta el 50%, según las estimaciones de Asaja, y la cebada tardía de seguir así, no hará falta cosecharla en alguna zona. En definitiva, un mal año agrícola en la provincia, aunque tampoco es muchos mejor en  la región ni el resto de comunidades. Por otra parte, la baja producción no garantiza subida de precios, porque el precio depende de los mercados internacionales.

Con esta situación, las OPA ya  piden a la Consejería el adelanto de las fechas para iniciar la recolección en las fincas acogidas a ayudas agroambientales que están fijadas a partir de 5 de julio en Ribera; del 10 en Pisuerga, Arlanzón, Demanda y Arlanza, del 20 en Bureba-Ebro y Páramo y del día 25, en Merindades.