La venta de fármacos que han dejado de ser gratis cae un 87%

G.G.U. / Burgos
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Desde el 1 de septiembre, el Estado ya no financia 417 productos, entre los que se incluyen Pepsamar o Fluimicil, y la dispensación de recetas ha pasado de las 43.000 a las 5.300

El Estado pretende ahorrar alrededor de 450 millones con la reducción del catálogo de fármacos gratuitos. - Foto: DB/Ángel Ayala

El consumo de medicamentos que ya no financia el Ministerio de Sanidad se ha reducido drásticamente desde que entró en vigor la medida, el pasado 1 de septiembre. En concreto, y según datos facilitados por el Colegio Oficial de Farmacéuticos, en el primer mes de aplicación se dispensaron en Burgos 5.300 recetas de esos 417 productos frente a las 43.700 dispensadas en septiembre de 2011.Es decir, un 87,88% menos.  Se trata, en todos los casos, de fármacos que hasta el 1 de septiembre eran totalmente gratuitos para el consumidor y que, en cambio, ahora hay que pagar en un100%. Para el presidente del gremio de farmacéuticos de Burgos, Jesús Aguilar, este descenso prueba que en muchas ocasiones se retiraban medicamentos que no se pensaba consumir o que no eran realmente necesarios.

El Boletín Oficial del Estado del pasado 17 de agosto publicó el listado de los 417 envases que iban a dejar de ser financiados a partir del 1 de septiembre. Apesar de que se enumeran varios cientos de nombres, en realidad no son tantos como parecen porque en el listado se especifican todas las clases y presentaciones de un mismo producto, de un principio, o de una molécula cuya finalidad es la misma en todos los casos. Así ocurre, por ejemplo, con la acetilcisteína (Fluimucil, por ejemplo), que se receta para facilitar la expectoración en catarros y que puede administrarse en comprimidos, jarabe, polvos efervescentes u otras presentaciones que el BOE diferencia aunque sirvan para lo mismo y sean de la misma marca.

Lo mismo ocurre con otros artículos como la cloperastina (para la tos y las alergias), el aciclovir (antiviral para los herpes), que aparecen en varias decenas de ocasiones tratándose de un mismo fármaco. Otros fármacos de consumo habitual que dejaron de financiarse por el sistema nacional de Salud son el Pepsamar o el Almax (para aliviar la acidez gástrica), otros laxantes y colirios como el Liquifilm, entre otros.

El hecho de que el primer mes en el que el paciente tuvo que pagar el importe de estos productos en un 100% se haya constatado una caída en picado del consumo revela que, o antes se retiraban de la farmacia sin necesidad solo por el hecho de que eran gratuitos o, también, que en agosto se hizo acopio de estos productos para tener remanente antes de que hubiera que pagarlos. Habrá que esperar a que se obtengan las cifras referentes a octubre y noviembre para saber con certeza en qué medida se estaban retirando artículos sin necesidad solo porque no costaban nada. El presidente del gremio de farmaceúticos de Burgos, Jesús Aguilar, señaló que no les había sorprendido demasiado la caída del consumo y destacó que esto revela que «se retiraban por lo que se retiraban».

En el momento de anunciar la retirada del catálogo de productos farmacéuticos financiados por el Ministerio de Sanidad, se calculó que la medida podría suponer un ahorro de 450 millones euros al año. A esta cantidad hay que añadir lo que, se supone, ahorrará el Estado con el copago farmaceútico que obliga a los pensionistas a pagar parte de sus medicinas por primera vez en la historia.