Los padres de un alumno de 12 años del Instituto Cardenal López de Mendoza presentaron ayer una denuncia en el Juzgado de Guardia de Burgos en la que se asegura que su hijo fue víctima de una agresión por parte de un grupo de estudiantes del último curso. Al parecer, estos, tras festejar el jueves por la noche la fiesta de graduación, habían acudido al centro a la mañana del día siguiente para participar en un ritual de despedida que se repite cada año y en el que los estudiantes más veteranos hacen un pasillo a profesores y compañeros al entrar en el centro.

En la denuncia, el padre relata que él mismo fue testigo de cómo a las 8.15 horas se «golpeaba» a su hijo «con puñetazos y patadas» en el momento en que se disponía a acceder al centro. Fue entonces cuando se dirigió al jefe de estudios y, para su «sorpresa», este le respondió que eso era algo «normal y habitual» y se limitó a decir a los veteranos «que no pegaran con mucha fuerza».

El padre añade que fueron «innumerables los alumnos» que se acercaron a jefe de estudios «enseñándoles lesiones». El niño no sufrió heridas importantes.

La directora del instituto, Mari Luz García Parra, reconoce que se ha producido un «comportamiento inadecuado de algunos alumnos que no se puede permitir» y que ha derivado a su vez en quejas a la Inspección de Educación, si bien no tiene constancia de la presentación de la denuncia. De igual forma, asegura que desconocen los nombres de los estudiantes implicados y que, de saberse, ya «se hubieran adoptado las medidas concretas». «Son gamberradas que en otras ocasiones han sucedido con jóvenes que han venido de otros centros», manifiesta.

Desde la Dirección Provincial de Educación su responsable, Juan Carlos Rodríguez Santillana, afirma que la Inspección tuvo noticias el pasado jueves de que con las graduaciones de los alumnos de segundo de Bachillerato se habían iniciado este tipo de prácticas que se asemejan a las novatadas,  que «cortó» la Jefatura de Estudios del instituto. No obstante, agrega que al día siguiente, viernes, un padre se reunió con el inspector del centro y que, «de ser así, el instituto tendrá que tomar medidas para que no se vuelvan a producir este tipo de prácticas».