Emprendedora a los 77

H. Jiménez / Burgos
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Concha Samper fue la más veterana del cuarto Startup Weekend celebrado el pasado fin de semana • Con su vitalidad y experiencia demostró que nunca es tarde para sacar adelante ideas de negocio

Concha Samper (a la derecha), durante el fin de semana del StartUp. - Foto: Alejandro Martín (cedida por nueve comunicación

Concha Samper demostró muy pronto que no era una mujer cualquiera para su época. Con 23 años y pese a la oposición de su padre se fue a París, a un intercambio con una estudiante francesa, y aquello fue como viajar a otro planeta. Junto a una amiga cogieron el metro y al salir a la plaza de la Concordia se echaron a llorar de la emoción. Era 1960 y empezaba a forjarse una personalidad inquieta y valiente en el mundo de los negocios. Era lo que hoy llamaríamos «una emprendedora». Y a sus 77 años mantiene el mismo espíritu.
El fin de semana pasado se convirtió en la participante de mayor edad del Startup Weekend de Burgos, un evento para el planteamiento de nuevas ideas que habitualmente se identifica con la juventud, y demostró que las ganas de emprender no tienen edad y solo dependen del espíritu del/la protagonista.
Se inscribió en el grupo de Localio, un proyecto concebido para ofrecer servicios y productos como escaparate online para pequeños comercios que no resultó entre los premiados del fin de semana pero del que Concha se llevó una grata experiencia. «Me quedo con unos días fenomenales, lecciones magistrales, una gran atención por parte de la organización, aprendizaje sobre el mundo de internet y una red de contactos». Porque su objetivo no era solo pasar unas jornadas agradables sino adquirir conocimientos para montar un negocio.
A sus años todavía quiere concretar sus ideas, intentar montar algún proyecto relacionado con la venta online o catálogos por internet. Y lo hace para completar sus ingresos y «para dar a mis hijos la lección de que no te puedes quedar quieta ante la crisis y hay que estar siempre motivada».
Junto a su marido, ya fallecido, Samper gestionó durante varias décadas la empresa burgalesa Molbur, que han heredado sus hijos (uno de ellos fue quien le habló del Startup y le acompañó al evento) y pretende seguir inculcándoles el afán por renovarse. Quizás por eso habla con una asombrosa naturalidad de Facebook, Twitter, Whatsapp o BlaBlaCar. «Me atrae el mundo de la tecnología porque no lo entiendo», admite. Pero en lugar de hacer como la mayoría de la gente de su edad, que huye de los ordenadores o los smartphones, ella se acerca a ellos para intentar no dejar de aprender nunca.
una mujer de mundo. A esta eterna emprendedora se le nota que tiene mundo, que vivió su juventud en Madrid, que trabajó para una empresa norteamericana, que sabe idiomas, que viajó a varios países árabes en la década de los 70 representando a Plastimetal intentando abrir mercado en aquellas tierras. Y sigue haciendo cursos como el que recientemente experimentó sobre valores empresariales.
No para. Dice estar muy preocupada por los mayores y por el papel cada vez más apartado que les concede la sociedad. «Tenemos mucho que decir porque hemos vivido y sufrido mucho, y también hemos sido jóvenes, aunque estos último no sepan cómo nos sentimos nosotros». De momento Concha seguirá dándole vueltas a nuevas ideas, empresariales o no, y será difícil que nadie bata su récord de longevidad en próximos eventos de emprendedores.