Uno de cada cuatro libros de no ficción que se publica en España lo editan los servicios de publicaciones de la red de Editoriales Universitarias Españolas (UNE). Dan forma, según sus estadísticas, al 10% del fondo editorial español. Sin embargo, el trabajo que llevan a cabo no ha llamado la atención del Ministerio de Educación, que durante mucho tiempo ha considerado que las ediciones privadas eran mejores.
Para «poner en valor» sus publicaciones y obtener el reconocimiento que merecen, la UNE ha creado un sello de calidad que esperan tener en funcionamiento en 2015. Los detalles sobre esta certificación y los criterios que se tendrán en cuenta se aprobarán durante la asamblea general que la Editoriales Universitarias celebran hoy y mañana en la Universidad de Burgos.
Según adelantó Lluís Pastor, presidente de la UNE, han pedido la colaboración de tres grupos de investigación e impacto académico para que les asesoren en los criterios a considerar. Son el EC3 de la Universidad de Granada, E-lectra de la Universidad de Salamanca e Ília del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
«Les pedimos ayuda y ellos han creado un manual de doce criterios más uno; el número trece es el que indicará una derivación internacional de la certificación. Lo hemos hecho así porque estamos trabajando a nivel internacional, ya que el problema de los editores en España es el mismo que hay en Francia, Italia o Alemania, que es la valoración de la publicación universitaria. Se podrá presentar cualquier servicio de publicación universitaria y, a medio plazo, también cualquier editorial comercial, que creo que es muy importante. El sello validará las colecciones más que los ejemplares, será evaluado por los expertos de estos tres grupos y, si se consigue, la certificación podrá estar impresa en las portadas durante tres años. Después de ese tiempo deberá renovarse», señaló Pastor.
La primera colección con el sello de calidad (se llamará CA, Sello de Calidad Académica)podría estar en la calle en el verano de 2015, ya que tras su aprobación mañana en el transcurso de la asamblea, tratarán de abrir la primera convocatoria para el mes de febrero del año que viene. El sello tendrá también una derivada en inglés para que pueda ser adoptado por otros países europeos: «Es una iniciativa española que esperemos tenga una repercusión internacional».