¿Qué tal hará hoy en Marte?

H.J. / Burgos
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Un grupo de alumnos del Colegio Jesús María participa en un proyecto de investigación sobre la meteorología y las posibilidades de vida marciana organizado por el CSIC

El grupo de alumnos participantes en el proyecto, junto con Miguel Ángel Queiruga, el profesor que los coordina. - Foto: DB/Patricia González

Por mucho que sea un robot bastante inteligente, el Curiosity no sabe que los datos que manda a la humanidad desde Marte llegan hasta un colegio de Burgos y que un grupo de 7 alumnos los analiza. Maravillas de la técnica aeroespacial y de la inquietud del centro Jesús María, que se sumó al proyecto «Meteorología de Marte en las escuelas».

Esta iniciativa del Centro de Astrobiología, perteneciente a su vez al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, pretende hacer llegar a una cincuentena de colegios el interés por la investigación científica y la curiosidad que despierta el robot del mismo nombre que está explorando la superficie marciana desde el mes de agosto.

El Mars Science Laboratory que portó hasta el planeta rojo recopila ingente información que nos servirá (a los que más saben del tema) para comprobar si efectivamente en ese planeta puede haber o ha habido vida en algún momento. Y para ello, además de la geología, son fundamentales las condiciones atmosféricas.

En su observación, estudio y aprendizaje para la elaboración de predicciones participan estos alumnos del Jesús María, pertenecientes en su mayoría a 4º curso de la ESO aunque también hay una alumna de 1º de Bachillerato.

Todos ellos están coordinados por el profesor Miguel Ángel Queiruga, quien a raíz de trabajos anteriores estableció contacto con el Instituto Nacional de Tecnología Aeroespacial y fue este organismo quien ofreció al docente la posibilidad de que una parte de sus alumnos trabajara en el proyecto.

Los del Jesús María, además, no son nuevos en estas labores, pues según explica Queiruga ya han formado anteriormente «equipos de trabajo e investigación en torno a Marte, de forma que, además del estudio de la meteorología, podamos investigar, aprender y divulgar otros aspectos de gran importancia: la geoquímica marciana, la aventura espacial, los resultados de misiones anteriores, etc».

perdiendo recreos. ¿Y qué pueden aprender unos chicos de 15 años sobre Marte? «Cosas distintas a las que habitualmente damos en clase, una organización del trabajo y unos contenidos distintos», comentan los interesados. Álvaro, Enrique, Guillermo, Sergio, Cira, Sofía y Beatriz (esta última es la más veterana y la codirectora del boletín Todo Ciencia que edita el propio colegio)emplean parte de su tiempo libre en la tarea, pero de momento parece que el esfuerzo les merece la pena. No en vano, están en el grupo de forma voluntaria, han perdido y perderán recreos y todavía están a tiempo de que se sume algún compañero más.

Para ayudarles en su labor investigadora, el CAB aún debe remitirles una estación meteorológica con la que tomarán datos, aprenderán a obtener conclusiones y podrán profundizar el estudio del clima, en este caso el terrícola, y más concretamente el burgalés. Como contrapartida de esa ayuda material el Centro de Astrobiología también reclamará algo a cambio, pues al finalizar el curso escolar el equipo de trabajo presentará una memoria de las actividades realizadas, que será evaluada y, si convence a los responsables del proyecto, optará a la consecución de un premio.

Sobre si hay vida o la ha habido en Marte, los chavales del Jesús María conservan la esperanza. «Es probable que haya algo», dice una de las alumnas, y el Curiosity será una pieza fundamental en las averiguaciones, aunque seguramente no serán los monstruos verdes que bajan de naves espaciales como nos han enseñado las películas. O sí. Quién sabe...