La inminente floración de los 50.000 cerezos que jalonan el Valle de las Caderechas tendrá un atractivo añadido para los miles de visitantes que se acercarán a la zona a partir del día 20 porque podrán recorrer por primera vez la denominada ‘Ruta de los Duendes’. Se trata de un itinerario de 7 kilómetros trazado sobre un camino tradicional entre los pinares de la localidad de Herrera que ha sido renovado con una acción de urban knitting.
Quienes se adentren en el bosque se toparán con medio centenar de árboles vestidos con coloridas piezas hechas a ganchillo o croché. El promotor de la iniciativa es Asier Irigoyen, un vitoriano con raíces en el conocido valle frutero. «Esta locura de la ruta nació con la idea de dar a conocer el pueblo a través de lo que nos gusta, la naturaleza; para ello, estoy tratando de recuperar caminos que eran utilizados por la gente que vivía en el pueblo y en ese empeño, he tratado de añadirle encanto como lo de decorar los árboles», apunta.
Para vestir a los árboles, ha contado con la colaboración desinteresada de diversos colectivos dedicados al ganchillo con sede en Vitoria, Logroño y Zaragoza. «Queríamos tejer una red solidaria utilizando la naturaleza como principal atractivo», agrega el promotor. El camino siempre ha sido conocido por la gente de la zona como El camino del Alto de la Era.
«Hasta cerca del año 1900, pertenecíamos al Valle de Valdivielso, de ahí que para todo trámite administrativo (partidas de nacimiento, defunción etcétera) nuestros antepasados tuvieran que utilizar dicho camino como paso de Caderechas a Valdivielso», explica Irigoyen. El nombre escogido para la ruta tiene origen en un recorte de un periódico del año 1883, en el que un cura afincado en el pueblo de Herrera afirmaba que existían duendes y hadas. El itinerario es circular y desde su parte más elevada (1.240 metros) pueden verse hasta los Picos de Europa. Los andarines aficionados al GPS pueden seguir la ruta en Wikiloc.
Los primeros metros se hacen por camino ancho y con poco desnivel. Poco después, toca adentrarse en el antiguo camino que servía para comunicar los valles de Las Caderechas y Valdivielso. A continuación, aparece ante la vista del caminante ‘El Bosque Encantado’, así es como se ha decidido llamar al tramo del bosque decorado con croché. Después del paso por este pinar, se accede no sin un pequeño esfuerzo debido al desnivel al Valle de Valdivielso. Seguidamente, llega un tramo fácil para entrar en la campa La Rasa, donde será fácil ver buitres y cabras. Desde este punto, se inicia un descenso vertiginoso que termina en Herrera. «Es una ruta ideal para pasar la mañana y disfrutar de dos valles especialmente durante la floración de los cerezos», concluye Irigoyen.
El Valle de las Caderechas espera, a partir de la próxima semana, la floración de sus cerca de 50.000 cerezos, la mitad de los cuales posee marca de garantía.