Fueron las primeras víctimas de la crisis. El frenazo del consumo y la caída de la actividad productiva provocó que muchas empresas realizaran importantes ajustes de personal. Eso situó a los trabajadores eventuales como el eslabón más vulnerable de la cadena e irremediablemente muchos de ellos vieron cómo se esfumaba su esperanza de firmar un contrato indefinido. Ahora que la recuperación económica se asienta y se consolida, las compañías vuelven a apostar por la contratación y los colchones de trabajadores con contratos temporales vuelve a crecer. Así se desprende del análisis de Universia sobre las grandes empresas que hay por toda España y en el que se puede apreciar que 22 de ellas, con domicilio social en Burgos, han incrementado su proporción de empleados eventuales en 2 años.