Jaramillo Quemado: El más pequeño... y bonito de España

F. Trespaderne / Burgos
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Con tan solo cuatro vecinos -en breve serán cinco-, busca su futuro en el aprovechamiento de sus muchos recursos naturales

David Sebastián Castrillo | Alcalde Licenciado en Derecho, con 19 años fue el alcalde más joven de España. Esta es su cuarta legislatura al frente de la Alcaldía del pueblo de sus padres y piensa continuar una más para materializar algunos proyectos. - Foto: Alberto Rodrigo

A la falda de la Sierra de la Demanda y en plena Tierra de Lara, Jaramillo Quemado luce con orgullo el título de ‘municipio más pequeño de España’...,  «pero sin duda también es el más bonito», apostilla su alcalde, David Sebastián, quien enumera sus numerosos recursos patrimoniales y naturales, a los que trata de sacar el máximo rendimiento y para ello trabaja en la puesta en marcha de una serie de iniciativas.

«Estoy encantado de trabajar por mi pueblo, por la gente que vive y veranea en él», afirma Sebastián, quien compagina la actividad profesional, en este caso la abogacía y la representación de una empresa de distribución y del vino, con su labor de alcalde «lo que no es una tarea fácil», afirma.

Jaramillo Quemado se encuentra enclavado en una zona rica en recursos cinegéticos y forestales, lo que facilita al pueblo una renta importante con la que plantearse proyectos de futuro. «El proyecto estrella de estos último años ha sido la recuperación de una dehesa para  mantener la tradición ganadera de la zona», indica Sebastián, quien recuerda que con la colaboración de la Diputación y de la Junta se habilitó una finca de grandes dimensiones, unas 350 hectáreas, con cercado y agua, para el pastoreo de ganado vacuno.

 Esta finca se ha alquilado anualmente y ahora se plantea la posibilidad de hacerlo por un plazo más amplio «porque  con la crisis no hemos obtenido las cantidades que pensábamos obtener con esta inversión y tiene que ser una fuente importante de ingresos para el municipio», señala Sebastián, quien espera poder sacar a subasta de nuevo esta finca, por un período de cinco o diez años, en los primeros meses del 2015 y que se pueda establecer en el pueblo una empresa ganadera.

Otra de las iniciativas en la que trabaja es en el aprovechamiento micológico «porque es una zona muy buena de setas».

Además de estos dos proyectos municipales, hay otras dos iniciativas particulares que cuentan con el beneplácito del Ayuntamiento «porque contribuirán a garantizar la vida social y económica del municipio, que no se muera». Se trata de una empresa para producir miel artesana y otra de elaboración de ginebra, también artesana,  aprovechando que la zona es muy rica en enebro y que se denominará ‘86.400’. «Son proyectos de gente de Burgos que considera que este municipio y la zona es buena para invertir», declara Sebastián, quien espera que con ellos se puedan crear algún puestos de trabajo y si es posible que se empadrone en Jaramillo.

Me vuelvo al pueblo

La crisis económica está empujando a muchas personas a mirar al medio rural para buscar una salida laboral y Jaramillo Quemado no es ajeno a esta tendencia como lo demuestra el hecho de que en breve se empadronará un joven vizcaíno, «al que va a contratar el Ayuntamiento con una ayuda de la Diputación para realizar labores de mantenimiento en el pueblo y otras tareas en los proyectos que tenemos en manos», apunta Sebastián, quien considera un logro incrementar el padrón, aunque solo sea en un habitante.

Con tres barrios y una gran extensión, Jaramillo Quemado está preparado para acoger a nuevos vecinos, en verano la población se incrementa hasta los setenta, «y porque tenemos todos los servicios, todas las calles pavimentadas y estamos a doce kilómetros de Salas de los Infantes, ciudad a la que acudimos para la atención médica, hay un servicio a la demanda dos días a la semana, y para las compras», asegura este alcalde que no ceja en el empeño de cambiar el devenir histórico de Jaramillo Quemado.