La vista más desoladora

P.C.P. / Burgos
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La magnitud real del devastador incendio del domingo se aprecia desde el aire • Un dron se eleva 80 metros sobre la planta y muestra cómo parte de las cubiertas están hundidas

Desde una altura de 80 metros, el dron fotografió el alcance del devastador incendio. Una parte de la cubierta ya se ha hundido. - Foto: A88 Ingeniería y Servicios Aéreos

Con su vista, el pájaro obtiene la mejor perspectiva, que no siempre es la más agradable pero sí la más exacta. La verdadera magnitud del devastador incendio que el domingo asoló la planta La Bureba de Campofrío y que aún hoy no ha sido totalmente sofocado se aprecia únicamente desde el aire, donde queda también una gran pregunta: ¿Cómo es posible que el fuego se extendiese tan rápidamente y devorase o fundiese todo a su paso?

El dron de A88 Ingeniería y Servicios Aéreos, S.L. no tiene las respuestas, solo la evidencia gráfica de que, como aún muchos trabajadores verbalizan, no ha sido una pesadilla ni un mal sueño. Las cubiertas hundidas a trozos y aún humeantes atestiguan la gran verdad. No queda nada ahí dentro aprovechable. Bueno algo sí, porque ayer rescataron del interior del recinto el fundador de Campofrío.

Ni los bomberos que día y noche permanecen en la fábrica ni la Policía Judicial han podido recorrer todavía el interior de las instalaciones. Tampoco se podían sobrevolar ayer, puesto que una enorme grúa había comenzado a demoler las enormes placas de hormigón que recubren la estructura metálica y que pueden venirse abajo en cualquier momento.

Desde una altura de 80 metros, el dron fotografió el alcance del devastador incendio. Una parte de la cubierta ya se ha hundido. Desde una altura de 80 metros, el dron fotografió el alcance del devastador incendio. Una parte de la cubierta ya se ha hundido. - Foto: Jesús Javier Matías Pero sí por las inmediaciones de la industria, donde están tomadas las impactantes imágenes que hoy publica este periódico. Andrés Menéndez y Raúl Sánchez emplearon un Hexacopter de 800 milímetros con sistema giroestabilizado de cámara (una Nex 5).El piloto elevó el aparato hasta 80 metros, mientras el operador de cámara visualizaba desde un monitor en tierra lo mismo que el ‘pájaro’ y decidía cuándo disparar y grabar las imágenes.

Tardaron días en obtener autorización para realizar este trabajo. Además de con el director del aeropuerto -está dentro de los 15 kilómetros de rango de vuelo instrumental que tiene Villafría- contactaron con la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) y el Gobierno. Además están las licencias de piloto, los reconocimientos médicos, el seguro de responsabilidad civil... Sánchez y Menéndez, ingenieros ambos, usan los drones para todo tipo de labores -desde artísticas hasta inspecciones de inmuebles- pero nunca antes habían grabado tal desolación.