«Cada renuncia es un fracaso del sistema»

JAVIER D. BAZAGA (SPC)
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Entrevista a Ángeles Carmona, presidenta del Observatorio Contra la Violencia Doméstica y de Género

«Cada renuncia es un fracaso del sistema» - Foto: JUAN LAZARO

 
Secretaria judicial desde hace más de 20 años, Ángeles Carmona Vergara (Madrid 1965) encabeza el organismo jurídico contra la violencia de género en España desde marzo de 2014. En noviembre de 2012, fue nombrada jefa de la Unidad de Coordinación Territorial de Violencia de Género en la Delegación del Gobierno de Andalucía. El 18 de noviembre volvió al Juzgado de Violencia sobre la Mujer número tres de Sevilla, instancia que prácticamente creó y a la que quiere regresar para estar más cerca de las víctimas.
Los últimos datos del Observatorio hacen saltar la alarma sobre el funcionamiento del sistema judicial en atención a las víctimas de violencia de género. Las mujeres que renunciaron a continuar con el proceso judicial aumentaron en casi un seis por ciento. Además, el pasado verano España sufrió un duro golpe en la lucha contra esta lacra social, ya que solo en un mes se consumaron nueve asesinatos.
¿Estamos ante un repunte de este delito?
Hasta que no termine el año no podemos hacer un balance de la evolución de los asesinatos y homicidios por violencia de género. Es cierto que este verano hubo una concentración de sucesos muy alarmante. De momento, se han confirmado 45 muertes, pero tenemos que esperar a que acabe el año para sacar conclusiones.
Por otro lado, nos preocupa muchísimo el no haber sido capaces de proteger a las mujeres que habían acudido previamente a una comisaría, y por eso, todos los años hacemos un análisis muy exhaustivo de todas las muertes, pero sobre todo, de las que habían denunciado con anterioridad. Ahí no tenemos que relajarnos nunca.
¿Cómo debemos interpretar que no haya denuncia previa? ¿Es un problema de educación? ¿Es un fracaso como sociedad?
El maltrato y la violencia de género es la consecuencia de una concepción machista dominante en nuestra sociedad, por lo que es muy preocupante que estudios, como el publicado recientemente por la Delegación del Gobierno de Violencia de Género, desvelen que hay mujeres que no perciben que estén siendo víctimas. Por eso, es absolutamente imprescindible, sobre todo en las parejas jóvenes, que se tenga claro qué es la violencia de género.
Nos encontramos con que, un porcentaje altísimo de las denuncias son de la propia mujer, y no de los allegados y familiares. Sabemos que una maltratada, aunque lo sea solo psicológicamente, tiene unas secuelas perfectamente visibles. Es muy importante que la sociedad apoye a la mujer.
¿Cómo ha evolucionado el perfil de la víctima y del maltratador en los últimos tiempos?
Son víctimas de la violencia de género las mujeres de todas las edades y de cualquier religión, condición social o estatus profesional. No podemos definir que se de más en unos estratos o en otros. Lo que sí es cierto es que cada vez hay más denuncias de chicas más jóvenes, incluso, de menores de edad, al igual que más agresores de menos de 18 años.
Siempre hemos dicho que es crucial la educación. La igualdad y el rechazo a la violencia de género debe ser una asignatura transversal que todos los profesores, de cualquier asignatura, deben enseñar como un valor fundamental. Pero, además, es importantísimo que en las familias haya esa sensibilidad porque si el joven o el niño recibe formación, pero en su casa está siendo testigo de violencia de género, no sirve de nada.
La sociedad avanza en igualdad pero las víctimas son cada vez más jóvenes y, por otro lado, la falta de denuncias por parte del entorno indica que seguimos siendo muy permisivos. ¿No somos capaces de concienciarnos?
Sabemos que en un porcentaje muy alto la sociedad rechaza la violencia de género en abstracto. Pero hay que seguir dando pasos e implicarse mucho más. Sobre todo, hay que conocer qué es. Aún tenemos contenidos en programas de televisión y series destinadas a los jóvenes en las que la violencia está bastante permitida. Hay que tener mucho cuidado con lo que se expone porque los niños y niñas lo asimilan y aprenden conductas violentas. 
En el caso de los jóvenes, ¿cree que las redes sociales y las tecnologías de la información contribuyen a fomentar este delito?
Estamos observando en los juzgados que empieza a haber muchas denuncias por violencia de género a través de las nuevas tecnologías, internet y de redes sociales. Es una forma muy fácil de conseguir a la víctima. Hay algunas aplicaciones que permiten localizar y tener un mayor control.
En este sentido, desde el Consejo General del Poder Judicial vemos muy positivas las reformas que en el anteproyecto de ley del Código Penal están introduciendo allí donde había cierto vacío legal, como puede ser el ciberacoso u hostigamiento en esa fase en la que termina una relación que no tenía un encaje legal.
¿Qué es más fácil conseguir, violencia cero o cien por cien de denuncias?
Todas las personas que trabajamos en este tema lo hacemos para la erradicación de estas conductas. Esto es una novedad porque nadie se plantea que, por penalizar el robo, vamos a acabar con este tipo de delitos en concreto. Creemos que se puede acabar con esto. ¿De qué manera? Pues que toda la sociedad sea cómplice y denuncie. Es la única forma de poder proteger a las agredidas.
Hay que tejer redes para que por ningún sitio se escape la protección, por eso es importante un convenio que hemos firmado recientemente con la comunidad de Castilla y León, para que la información fluya entre instituciones. Así,una mujer no tiene que estar contando continuamente esa experiencia traumática cada vez que acude a una institución a presentar cargos.
Cuando una persona ha superado todos sus miedos, sus dudas y por fin se decide a acudir a denunciar, ¿cree que se encuentra con el profesional preparado para atenderla?
Lo que pretendemos es que esté asistida siempre por personal capacitado. La violencia de género tiene muchísimas aristas y es necesario comprender cuál es su círculo. Hay muchos especialistas pero tenemos que seguir avanzando más y más.
En la Estrategia Nacional de Violencia de Género del Ministerio de Sanidad se incluye el objetivo de la ventanilla única. Es muy traumático para una mujer ir repitiendo su experiencia allá donde va. Por eso es muy importante para el Observatorio coordinar todas las instituciones.
Pero en los últimos datos conocidos hay otra carencia en el sistema, y es que cada vez hay más mujeres que renuncian a continuar con el proceso judicial.
Lo que más nos preocupa, en primer lugar, es que las mujeres no denuncian y, en segundo lugar, es que además renuncian a continuar con el proceso. Lo consideramos como un fracaso del sistema. No podemos permitirnos que una víctima deje el caso porque piense que no vamos a poder protegerla debidamente. Por eso es tan importante la especialización del personal que va a acompañarla, porque el sistema es todavía lento en España.
Especialización y sensibilidad para el acompañamiento, que hagan ver a este colectivo que no se acaba el mundo.
Efectivamente. Sacar a una persona del círculo es complicado, pero lo que tenemos que hacer ver es que hay oportunidades. Muchas veces no ven el camino, pero hay salida. Las mujeres que lo han conseguido y se han reintegrado a la sociedad, con su trabajo y con sus hijos, muchas se han salvado gracias a las instituciones.
Ya son 10 años de la Ley Integral contra la violencia de Género. ¿Cree que da respuesta a las necesidades de las víctimas?
La Ley es muy moderna y sigue siendo modelo en la legislación internacional, porque aborda el problema de género desde un punto de vista multidisciplinar. Es cierto que cumple 10 años y estamos reflexionando si cabría la posibilidad de introducir alguna modificación. Y entre las mejoras está la actualización del artículo uno para introducir al menor como víctima de la violencia de género.
Desde el año pasado estamos contabilizando los menores muertos por esta lacra. En 2013, fueron seis niños y este año uno. En España existen unos 800.000 que son víctimas de este tipo de delito.
Lleva muchos años implicada personalmente en este asunto, imagino que sueña con ver ese objetivo de violencia cero. ¿Cree que lo conseguirá?
Confío en que sí. Todas las personas que trabajamos en esta materia tenemos marcado ese fin. Yo no lo considero una utopía. Como profesionales nos esforzamos cada día para erradicar este problema de nuestra sociedad y para ello es imprescindible cambiar la conciencia de la gente, y en esto, todos estamos implicados.