La portería del Mirandés sufre una maldición desde hace tiempo ya que una serie de infortunios ha provocado que desde la recta final de la pasada campaña y el inicio de la actual hayan defendido los palos rojillos seis jugadores, una situación inusual en el mundo del fútbol en una demarcación que demanda continuidad.

Las incorporaciones de Razak e Imanol parecía que iban a poner fin a la inestabilidad vivida el anterior ejercicio, pero por diferentes motivos ha sido imposible afianzar un dueño para los plaos rojillos.

La expulsión de Razak en Girona abre nuevamente un debate en el que Imanol, esta semana, parte con cierta ventaja sobre Sergio gracias a que su buena actuación en Montilivi, cuando el equipo ya jugaba en inferioridad numérica, evitó la goleada.

Aunque el resultado no fue favorable, en lo personal, el meta salió anímicamente reforzado. «En este partido he estado más cerca de mi mejor nivel», reconoce Imanol, quien no ha comenzado con buen pie su trayectoria como rojillo. La baja de Razak le abrió las puertas de la titularidad, pero su rendimiento no convenció a Carlos Terrazas, que finalmente optó por relegarle nuevamente al banquillo y dar la alternativa al canterano Sergio, lo que supuso un revés para la moral del meta navarro. «Lógicamente no es agradable que cuando falta el otro portero del primer equipo tampoco juegues, pero Sergio es un compañero más y compite en igualdad de condiciones por el puesto», asume Imanol.

Aunque llegó a Anduva avalado por su buena campaña defendiendo los colores del Zamora, la adaptación a la categoría ha sido más costosa de lo esperado y le ha pasado factura. «En Segunda te llegan dos veces, y si no estás bien, te meten dos goles porque los delanteros fallan poco», admite.

El domingo por fin sacó su mejor versión y pudo demostrar porqué estaba considerado uno de los porteros con más proyección de Segunda B. Ahora espera contar con una nueva oportunidad en Sabadell. «No sé si jugaré pero entreno todos los días para hacerlo», asegura Imanol, quien deja claro que incluso en los peores momentos siempre estuvo «tranquilo» con su trabajo.

El partido de Montilivi le ha devuelto la confianza, aunque la «confianza te la da realmente la continuidad». Conseguido el primer objetivo, demostrar que puede cumplir con garantías en Segunda, su reto más inmediato es  mantener la regularidad. «Todos los futbolistas necesitamos tener continuidad para estar a nuestro mejor nivel pero cuando no es posible hay que aprovechar al máximo cada momento en el que te toca actuar»

Cambiar la dinámica

Después de caer en casa del líder, el Mirandés vista mañana al Sabadell con la necesidad de puntuar para no meterse en la zona de descenso, y sobre todo, cortar la racha a domicilio. Los partidos lejos de Anduva se han convertido en  un problema para un Mirandés que no ha sido capaz de sumar en las ultimas cuatro salidas.

En el vestuario se ha hablado, y en las declaraciones de los jugadores es un tema recurrente, aunque no hay una explicación clara para el bajón de rendimiento como visitantes. «No sabemos porqué pero la cabeza no tiene las mismas sensaciones fuera que en Anduva», admite Imanol, quien considera que no es un problema de actitud, «ya que la mentalidad es la misma».

Para el portero, lo único que necesita el equipo es conseguir un buen resultado a domicilio para convencerse de que es posible. A partir de ahí, empezará a ganar posiciones en la tabla. «Nos falta lograr regularidad fuera pero si la conseguimos vamos a crecer porque en casa se ve que nos estamos haciendo fuertes», concluye.