Después de una denuncia realizada ante el Papa Francisco por una de las víctimas de los presuntos abusos sexuales en Granada, de la inmediata respuesta del Santo Padre antes estos acontecimientos y de que el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, pidiera perdón el pasado domingo por los «escándalos» de la Iglesia, la Policía Nacional detuvo ayer a tres sacerdotes y un seglar, profesor de religión amigo de éstos, por su presunta vinculación con los casos de pederastia, según informaron fuentes de la investigación.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció la operación pero evitó dar más detalles sobre las pesquisas o el número de denuncias presentadas en este caso, aunque especificó que su departamento tenía conocimiento del mismo desde «hace tiempo y no por los medios de difusión».

En cuanto al impacto de un caso así para la Iglesia, el popular se remitió a la opinión sobre este asunto expresada por la Conferencia Episcopal y defendió que «el Papa ha sido, precisamente, el más beligerante para que este suceso saliera a la luz».

«Creo que nadie puede poner en cuestión que Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora Francisco están siendo absolutamente beligerantes para erradicar estos comportamientos que a todos nos conmueven y que nos producen un daño muy grande», indicó.

No obstante, recordó que «no se producen estas conductas por desgracia solo en la Iglesia. Esta institución está poniendo de su parte para erradicarlas y ojalá consigamos que se eliminen en toda la sociedad», añadió.

Por su parte, el Juzgado de Instrucción número 4 de Granada decretó la incomunicación de los cuatro detenidos, que pasarán a disposición judicial en un plazo máximo de 72 horas.

Declaraciones.

La Policía Judicial ha culminado la primera fase de la investigación de este caso con la toma de declaración de más de una docena de individuos cercanos a los principales implicados y la detención de estas cuatro personas, según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno.

Hasta el momento no constan más denuncias, al margen de la del joven de 24 años que denunció ante la Fiscalía de Andalucía haber sufrido estos abusos por parte de varios curas cuando era menor.

La Policía está haciendo una labor «pormenorizada», también en lo referido al origen de las propiedades de las personas que supuestamente están implicadas en los abusos y que, según diversas informaciones, podrían pertenecer al Clan de los Romanones, cuyos integrantes cuentan con varias casas donde supuestamente se produjeron los abusos.