Se han cumplido las primeras diez jornadas en Segunda División B y ya se pueden hacer las primeras valoraciones sobre el rendimiento de los diferentes equipos. En el caso del Burgos, este primer parcial no ha sido bueno y ha despertado demasiadas dudas, pese a la ligera mejoría en las tres últimas semanas.

El Burgos no partía entre los cuatro o cinco favoritos del grupo. Esa etiqueta tenía dueños, con clubes como el Real Oviedo, Real Murcia, UD Logroñés o Racing de Ferrol. Pero el equipo burgalés sí formaba parte de ese pelotón de conjuntos que podían optar a luchar por los puestos nobles con rivales como el Real Avilés, Guijuelo, Cultural Leonesa o Compostela. Sin embargo, no ha sido así y ahora mismo ocupa una preocupante decimoquinta plaza, a un solo punto de los puestos de descenso.

El rendimiento del equipo de  Fede Castaños ha tenido varios momentos claves y, sobre todo, ha estado marcado por partidos muy concretos que lo han lastrado en la clasificación.

Hay datos incontestables que marcan su situación. El primero de ellos es su flojo rendimiento lejos de El Plantío, donde solo ha sido capaz de sumar un punto. En su defensa, hay que recordar que ha tenido desplazamientos nada sencillos ante rivales de la talla de Compostela, Real Oviedo, Avilés, Guijuelo y UD Logroñés.

El segundo aspecto clave es su rendimiento en El Plantío. Cuando eres incapaz de puntuar fuera hay que lograrlo en casa. Y ahí es precisamente donde el Burgos falló en su peor momento y es la causa principal de su situación clasificatoria.

Fueron dos semanas muy duras y que causaron una herida muy profunda dentro de la plantilla. El Burgos perdió de forma consecutiva en El Plantío ante el Coruxo y  la Cultural Leonesa. Seis puntos que volaron y que costará mucho recuperarlos. Solo con haber sumado un triunfo y un empate en esas dos citas el equipo burgalés estaría ahora mismo en la zona media de la clasificación; mientras que de haberlos ganado se hubiese metido en la lucha por la quinta o sexta plaza.

A partir de esas dos derrotas hubo un cambio significativo, y en los tres siguientes partidos el Burgos mejoró su rendimiento y sus estadísticas, con el empate en Guijuelo, el triunfo ante el Valladolid B y la derrota por la mínima en Logroño, donde tuvo opciones de empate. Sobre todo se ha detenido la sangría defensiva que lo había convertido en el equipo más goleado del grupo, con 15 tantos en siete jornadas. Ahora lleva uno en tres partidos y esa es la línea que debe seguir.

La primera cita de este nuevo tramo de competición es en El Plantío ante el Racing de Ferrol, con la obligación de ganar y coger aire para el futuro.