La leche, entre dos fuegos

Vidal Maté
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Las empresas impusieron en octubre nuevos contratos con bajadas de precios. Más del 60% de los ganaderos siguen produciendo por encima de su cuota con riesgo de multa

El censo de animales llegó a estar en 2005 en 1,1 millones de cabezas. En la actualidad ha bajado hasta 850.000.

A poco más de cinco meses para que se produzca el final de la aplicación de las cuotas lácteas y se imponga la libertad de producción en toda la Unión Europea, el sector de la leche de vaca, a pesar de la rebaja de los precios de algunas materias primas más importantes para la alimentación animal como los cereales, atraviesa uno de los momentos más delicados de los últimos tiempos provocado por dos factores. De un lado, los ganaderos se enfrentan a una caída progresiva de los precios desde el inicio de esta campaña el pasado mes de abril, caída grave que está siendo más llevadera por el ligero recorte de los precios de los piensos. Por otra parte, los ganaderos, a quienes hace un año se les animó desde las industrias y desde la propia Administración, a producir más para estar así preparados para hacer frente a una liberalización del sector, se hallan hoy, en el último año con cuotas, con un grave riesgo de superación de las mismas si no reduce ya la oferta o se buscan viejas triquiñuelas parar colocar en el mercado parte de la misma como la leche negra. Según los datos oficiales, más del 60% de los casi 18.000 ganaderos estarían rebasando su cuota permitida.

Desde el pasado uno de octubre, consecuencia de un proceso general para la renovación de los contratos entre la industria y los ganaderos, la mayor parte de los mismos han registrado reducciones de precios aproximadamente dos céntimos de euro por litro hasta una media que se podría situar entre los 0,32 y los 0,33. Esta cifra supone una fuerte bajada sobre unos precios medios al inicio de campaña de 0,39-0,40.

Para los ganaderos no hay motivos para proceder ahora, en pleno otoño, a esta rebaja. Sin embargo, las industrias alegan razones y las mismas se podían resumir en dos. Primera, objetivamente, porque hay un excesivo volumen de leche y de productos lácteos, especialmente de queso en toda la UE por el veto ruso, han bajado las cotizaciones en los mercados del precio de la leche en polvo, y España es el país más cercano para colocar esos excedentes alemanes o franceses a costes bajos.

Un segundo motivo para esta bajada de precios aplicada por los industriales es la utilización de los mismos para desincentivar a los ganaderos en sus producciones ante el riesgo de superar las cuotas. Y, aunque el pago de ese rebasamiento corresponde a los ganaderos, las industrias no se quieren pillar las manos con productores que hayan hecho entregas por encima de sus posibilidades, que los mismos pueden cambiar de empresa y dejarles colgados. Una tercera y definitiva razón de peso es, simplemente, el poder de las industrias y su capacidad para hacer y deshacer en el mercado frente a una oferta dispersa.

Lograr la estabilidad

La política de contratos es un instrumento positivo para lograr una cierta estabilidad en los mercados y un equilibrio entre los intereses de ganaderos e industriales. Sin embargo, ese equilibrio es imposible si frente al poder de las empresas, no hay enfrente organizaciones de productores con capacidad para defender sus posiciones. En la actualidad, los contratos se firman por períodos medios de seis meses. El objetivo de la Administración de cara al próximo año es incluir en el llamado paquete lácteo la exigencia de que los mismos tengan una duración de un año para lograr una mayor estabilidad en los mercados.

El segundo problema al que se enfrenta hoy el sector afecta a la cuestión de las cuotas. España, tras muchos años y esfuerzos en Bruselas, frente a una demanda global de leche y productos lácteos de más de nueve millones de toneladas, ha logrado una cuota actualmente de 6,5 millones de toneladas. Aunque la producción se ha ido incrementando ligeramente año tras año, en ningún caso se había llegado al techo marcado por la UE y, en consecuencia, no hubo que pagar penalizaciones.

Hoy, según los datos manejados por el Ministerio, las entregas que van desde el inicio de campaña están registrando un incremento mensual del 6% hasta el mes de agosto, a pesar de las reiteradas llamadas advirtiendo del riesgo de superación de la cuota. En los meses de septiembre y octubre parece que la producción, al menos oficialmente, se ha moderado. A pesar de ello, en medios oficiales y en el propio sector se considera que sigue existiendo el riesgo de un ligero rebasamiento de la cuota y, en consecuencia, que de quien la supere, pagará esa penalización de 0,27 euros kilo.

Para tratar de reducir la producción, miles de explotaciones han puesto en marcha diferentes medidas. La primera, según señala Román Santalla de Uniones Agrarias en Galicia, aumentar los niveles de reposición de animales con el sacrificio de un mayor número de vacas viejas o de menos producción. Esta situación ha dado lugar a un aumento de los animales en los mataderos, ocasionando un exceso de animales para el sacrificio y, en consecuencia, a una caída de los precios de hasta 300 euros por animal. El bloqueo de muchos mataderos ha sido una consecuencia de la eliminación de un mayor número de animales, pero también se ha debido a la no existencia de salidas para un tipo de carne que hasta hace unos meses tenían en Rusia uno de los principales mercados. El censo de animales de vacuno de leche llegó a estar en 2005 en 1,1 millones de cabezas. Desde esa fecha, el mismo ha bajado hasta las actuales 850.000, aunque la mejora genética de la cabaña ha dado lugar a un aumento de los rendimientos. Una segunda medida adoptada por los ganaderos ha consistido en el secado de los animales para evitar su producción. La tercera sería un cambio en la dieta alimentaria. Elaborar una ración más barata, de menos fuerza, para que las vacas den menos leche también con un menor coste. Igualmente, hay ganaderías donde la inseminación en las novillas se quiere programar para que los partos sean a partir del próximo 30 de abril, cuando ya hayan desaparecido las cuotas

Para no superar la cuota, existe finalmente la posibilidad de alquilar cuota a otros ganaderos. Hoy, se trata de un mercado muy solicitado donde el precio de un alquiler ha llegado a los cinco céntimos de euro por kilo.