Hoy soy yo, pero mañana podrías ser tú

@LouMatilla
-

"Me lo confirma con lo que me dice: 'esto hay que tratarlo con mucho cariño', unas palabras que desde ese día llevo grabadas a fuego"

25 de junio: tengo un pequeño bulto en el pecho desde hace unos meses y hoy tengo cita en patología mamaria para que me lo vean. Me tiene un poco preocupada, aunque hace dos meses me vio otro ginecólogo en otra consulta y me dijo que no era nada. Claro, ¡que sólo me hizo un par de preguntas y me lo examinó un minuto! De todas formas, espero que no sea nada grave. Ni siquiera he dicho en el trabajo que venía al médico, no tardaré y es muy pronto.

Paso a la consulta y el médico me hace preguntas; le explico lo que me pasa y empiezo a sentirme un poco nerviosa. Debería haber venido acompañada, pero no, estoy sola. Le cuento que hace dos años me hicieron una mamografía y no vieron nada alarmante. Sigo pensando que lo que sea, no será nada importante.

Me manda pasar a la mesa de exploración ginecológica para hacerme una ecografía y ver qué es lo que hay ahí. Me desvisto de cintura para arriba, me tumbo y me echa ese gel que está casi congelado; siento frío y empiezo a ponerme aún más nerviosa cuando veo la imagen en la pantalla: se ve una mancha bastante grande y muy bien definida y puedo ver en la cara del médico que… algo no está bien. Me lo confirma con lo que me dice: "esto hay que tratarlo con mucho cariño", unas palabras que desde ese día llevo grabadas a fuego. En ese momento me doy cuenta que no debería haber esperado tanto tiempo. Es tal la cantidad de obligaciones que tengo que atender a diario: casa, niña, trabajo…que no se me ha ocurrido ni un momento pensar en mí. Ha sido un error.

Salí de la consulta con un montón de citas para hacerme varias pruebas, todas de forma urgente y confirmar lo que él ya me intentó anunciar con una pequeña charla y que yo entendí perfectamente.

La cosa se me alargó bastante: avisé en la radio de que estaba en el hospital, me estaban esperando y yo estaba en una nube negra, sin poder creer lo que estaba pasando, lo que iba a pasar. Recuerdo perfectamente todo lo que hice ese día: llegué al trabajo a la carrera, antes de llegar ya le había contado a un par de compañeros lo que pasaba. Y en el hall de la entrada me crucé con uno de ellos, estaba con un par de personas, nos miramos y no hizo falta nada más. Tú y yo nos hablamos con la mirada desde hace muchos años. Viniste al estudio y a partir de ahí yo me pasé todo el día intentando no llorar pero era imposible, fue un día muy amargo.

El diagnóstico se confirmó un mes después, el mismo día que empezaban mis vacaciones, unas vacaciones en las que tenía previsto un viaje que anulé porque a pesar de los ánimos de mis amigos, yo estaba segura de cuál iba a ser ese diagnóstico. Ese día sí que fui acompañada (gracias a ti por venir conmigo, sé que lo pasaste tan mal como yo y fuiste un gran apoyo). Y a pesar de la situación, tuvimos algún rato en el que nos reímos como siempre, gracias por eso.

Ese día empecé un desfile por los pasillos del hospital para hacerme todo tipo de pruebas y saber cuál era el alcance. No voy a mentir: se pasa mal, muy mal, porque mientras estás metida en todas esas máquinas sigues sin creerte que estés enferma. Porque tú no te sientes enferma y el tiempo de espera hasta conocer los resultados siempre es una tortura. A pesar de que sabes lo que hay, estás impaciente porque te digan lo que sea y empezar. Empezar a pelear y a defenderte.

El resto de la historia, ya la conocéis.

La reflexión que quiero compartir hoy con vosotros es la importancia que tiene la detección precoz: es importante para detener la enfermedad y para aumentar las posibilidades de curación. Yo perdí unos meses porque no le di la importancia suficiente y cuando se la di, perdí otros dos porque alguien me dijo que ‘no era nada’, pero insistí en que me vieran, aunque no debí haber esperado tanto y eso es algo que ya no puedo cambiar.

A vosotras, deciros que no dejéis de ir al médico a la menor sospecha, ni dejéis de acudir a las revisiones sean del tipo que sean. Y si os citan para una mamografía, id. Y a vosotros, no dejéis que dejen de hacerlo. Hoy soy yo, pero mañana podrías ser tú.