La colza gana terreno en la región por las nuevas condiciones de la PAC y la búsqueda de alternativas

P. Velasco
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La superficie sembrada de esta oleaginosa en Castilla y León ha crecido un 51 por ciento en los últimos cinco años, pasando de las 11.936 hectáreas en 2011 a las 18.050 de este año

Poco a poco, el característico color amarillo de la colza va ganando terreno en el campo castellano y leonés. Si hace más de una década se daba prácticamente por desaparecido de las tierras de la Comunidad, la apuesta de la Sociedad Cooperativa General Agropecuaria (Acor) por la producción de biodiésel rescató del olvido a este cultivo que al principio comenzó a sembrarse de forma experimental y que para esta campaña alcanzará un superficie que se acercan año tras año a las cifras previstas de patata o remolacha, cultivos tradicionales de Castilla y León.
Según las estimaciones publicadas por la Consejería de Agricultura y Ganadería de la Junta de Castilla y León, durante esta campaña se han sembrado 18.050 hectáreas de colza en la región, un 51 por ciento más que hace cinco años, cuando fueron 11.936. También crece con respecto a 2014, cuando se contabilizaron 16.300 hectáreas en toda la Comunidad.
En total, Castilla y León cuenta con el 38,5 por ciento de la superficie nacional de colza sembrada durante esta campaña, según las previsiones publicadas por el Ministerio de Agricultura, siendo la Comunidad con más terreno dedica a este cultivo seguida de Cataluña, donde se hay 9.210 hectáreas. Por provincias, Zamora se sitúa a la cabeza con 5.400, seguida de Salamanca con 4.400, Valladolid con 3.400, Ávila con 1.230, Burgos con 1.200, Segovia con 1.000, León con 750, Soria con 470 y Palencia con 200.
El ‘greening’ o pago verde exigido en las condiciones de la nueva Política Agraria Común (PAC) y que obliga a la rotación de cultivos, junto al potencial productivo de esta oleaginosa y la mejora de rendimiento que supone su introducción en el terreno son algunas de las ventajas que han influido en su crecimiento en los últimos años, tal y como destacan desde las organizaciones agrarias, que valoran la colza como una alternativa a la remolacha, el girasol o el trigo.
 
Alternativa. El presidente de Asaja, Donaciano Dujo, achaca principalmente este aumento de la colza en la región a la iniciativa de Acor para transformar el cultivo con la construcción de la planta de biodiésel en las instalaciones que la cooperativa tiene en Olmedo (Valladolid). «Los agricultores lo ven como una alternativa que se da bien en muchos terrenos», añadió.
Desde La Alianza UPA-Coag, uno de su portavoces, Julio López, es más cauteloso respecto a la presencia de este cultivo en la Comunidad, recordando que son 18.000 hectáreas de los dos millones que se prevén (principalmente de cereal) para esta campaña. Sí reconoce que los agricultores lo valoran como «una de las alternativas» ante la necesidad de buscar otros cultivos y su buen comportamiento, aunque su incremento está siendo lento y se consolida año a año. «Es una de las oleaginosas que se contemplan dentro de la rotación que nos exige la PAC y una opción más para diversificar riesgos», señaló.
También UCCL considera que la mayor presencia de la colza en el campo castellano y leonés se atribuye principalmente a la necesidad de buscar alternativas a los tradicionales, «ya que no hay muchos cultivos emergentes», como apuntó su coordinador regional, Jesús Manuel González Palacín, que añadió que «hacer rotaciones es bueno y además aumenta la producción del año siguiente». «Al principio había dudas sobre su adaptación al clima de Castilla y León, pero se ha comprobado que las producciones no son malas», destacó González Palacín, que además valoró que es una oleaginosa que «se adapta tanto al secano como al regadío».