«La idea está sobre la mesa aunque no se esté planteando ahora, pero no se descarta esa posibilidad». Son palabras del director del Hospital de San Juan de Dios, Guillermo Pérez Toril, sobre un hipotético futuro cierre del centro sanitario, ahogado por lo que entienden en la orden que es una desigual relación con la Junta. El Gobierno regional aportó 3 de los 6 millones que costó la reforma del centro (hecha entre 2008 y 2011), cantidad que, a juicio del director «ya ha amortizado de sobra», y le aseguró que usaría sus camas de media y larga estancia y de paliativos tras estudiar las previsiones demográficas de la provincia.
Hasta el año 2012 la Junta y San Juan de Dios trabajaron de forma conjunta en virtud de un convenio por el que el hospital religioso reservaba 70 camas para pacientes subagudos (los que precisan una estancia más larga de lo que un hospital de agudos como el HUBUpuede ofrecer) y 48 para enfermos necesitados de cuidados paliativos (que tampoco se prestan en el Universitario). Hace dos años este acuerdo finalizó, no se renovó y su actual relación se basa en un convenio con Insalud de 1989 que recoge la disponibilidad de utilizar camas de centros privados si la sanidad pública así lo requiere.
El problema estriba en que la Junta no renueva los precios que paga por cama desde el año 2009 y está abonando a San Juan de Dios una media de cien euros por paciente y día cuando en otras comunidades autónomas como Cantabria, que tiene un hospital similar, el precio está en 183 y los centros de las Hermanas Hospitalarias, otra orden religioso-sanitaria con hospitales en el País Vasco, cobran 270.
«Cada vez que recibimos un enfermo de Sacyl estamos poniendo dinero -unos 45 euros por paciente y día- y así no podemos seguir porque cada año nos gastamos millón y medio de euros para dar servicio a la sanidad pública que ni de lejos está cubriendo el coste real de las camas, algo que solo pasa en Castilla y León», afirma Pérez Toril, que califica la situación de «crítica» aunque confía en que pronto se consiga una solución. De hecho, la orden religiosa está en conversaciones con la Junta aunque el futuro no parece que sea un nuevo convenio: «Por lo visto no quieren seguir con esta fórmula, parece que está en retroceso, y por eso nosotros le estamos pidiendo que nos diga exactamente qué quiere y que saque a concurso sus necesidades».
Mientras tanto, el centro sanitario parece un erial a pesar de su plantilla de 140 personas, incluidas las de las contratas de los servicios no sanitarios. En este sentido, Pérez Toril recordó que el empleo no se ha resentido porque de mantenerlo se está ocupando no propiamente el hospital sino la Orden de San Juan de Dios. De las 154 camas de las que dispone estaban ayer ocupadas 91, 85 por pacientes derivados por los hospitales de Burgos (en su gran mayoría) y Miranda.
DERIVACIONES
Hasta diciembre del año pasado eran la Gerencia de Salud de Área y la Inspección quienes decidían si un paciente se derivaba a San Juan de Dios. Desde enero es el Hospital Universitario de Burgos que, según apunta Guillermo Pérez Toril sugiere sutilmente que las estancias de los pacientes sean más cortas: «No nos han dicho nada ni, por supuesto, hay nada escrito, pero los pacientes vienen con los días de ingreso pautados; de hecho, nuestra estancia media se ha reducido en este tiempo de 66 a 51 días». Los datos comparativos que facilita de 2013 y 2014 parecen respaldar estas palabras. En el primer año, entre enero y septiembre, se contabilizaron 29.184 días, y en el segundo, 26, «lo que supone una disminución de 266.000 euros».