Poema en busca de autor

R.P.B. / Burgos
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Ningún historiador se ha puesto todavía de acuerdo en torno a uno de los grandes enigmas de la literatura universal: ¿Quién escribió el Cantar de Mio Cid?

Poema en busca de autor

La autoría del Cantar de Mio Cid es uno de los grandes enigmas de la literatura universal. Repasamos aquí, a propósito de las últimas revelaciones, las teorías más recientes sobre el gran poema épico del castellano protagonizado por el guerrero burgalés.

 Timoteo Riaño, catedrático Lengua y Literatura

«Fue un clérigo de Gumiel de Izán»

Para el burgalés Timoteo Riaño, doctor catedrático en Lengua y Literatura, el autor del Cantar fue un Per Abat, clérigo burgalés, de Gumiel de Izán por más señas. El historiador, fallecido en 2012, concluye en su estudio que el poeta que firmó el cantar de gesta era eclesiástico y no laico. «Un clérigo culto por los especialies conocimientos de todo tipo: teológicos, jurídicos, políticos, bíblicos, literarios». Admite Riaño que aunque hubo muchos Abat en aquella Castilla, sólo uno reunía las características de haber vivido a finales del siglo XII y comienzo del XIII: ser clerical, dados los sentimientos religiosos que aparecen en el Cantar (y un clérigo culto, como decíamos) y ser o haber vivido en la zona de San Esteban de Gormaz a juzgar por el minucioso conocimiento que el autor del Cantar tiene de esta región.

El Per Abat que siempre defendió Timoteo Riaño era clérigo de Fresno de Caracena y canónigo de Osma, cuyo nombre aparece en un documento del año 1220 de esta diócesis pero también en un documento de 1219 de la localidad de Gumiel de Izán, en donde se dice que tiene una casa. Casa familiar, heredada de sus progenitores, hecho revelador de su origen gomellano. «Allí nació Per Abat», concluyó Riaño, donde habría recibido el supuesto autor del Cantar sus primeros estudios bajo la dirección de su arcipreste. Con 31 años Per Abat figura como canónigo del Cabildo de Osma, del que era superior el citado santo. Así, sentencia Timoeto Riaño que siendo cura de Fresno y canónigo de Osma conocía bien la región; que por su educación se entienden sus conocimientos teológicos, litúrgicos y monásticos así como el acendrado espíritu religioso que empapa el Cantar; que por ser oriundo de Gumiel de Izán se comprende el conocimiento de Burgos y de San Pedro de Cardeña; que ser canónigo de Osma, regentada por varios obispos franceses, se explica la «manifiesta influencia francesa» del Cantar; que ese Per Abat, de Gumiel de Izán, a la sazón canónigo de Osma, es el hombre que en el año 1207 escribió de su puño y letra el poema medieval más importante de la literatura castellana.

Dolores Oliver, profesora de Lengua y Literatura Árabe

«Fue el poeta árabe Abu-l-Walid al-Waqqasi»

Para Dolores Oliver, que fue profesora de Lengua y Literatura Árabe y Lengua árabe y su influjo en el Español en la Universidad de Valladolid, el artífice del épico romance fue un árabe llamado Abu-l-Walid al-Waqqaši. Sostiene esta historiadora su teoría sobre cuatro pilares: que es imposible que el Cantar se escribiera en 1207 (elegida como la fecha oficial) porque en época ya existía un sentimiento de animadversión hacia el infiel cuando en el Poema conviven moros y cristianos, no hay buenos ni malos y el Cid muestra respeto hacia quienes profesan otra religión, e incluso les trata de amigos. En este sentido, asegura que el poema tuvo que componerse en vida del guerrero castellano. Otra clave: el Cid no es tratado como el típico noble hispanogodo, sino como un paladín islámico puesto que se comporta igual que los héroes del Islam. Una tercera: asegura Oliver que en el Cantar queda a las claras que el Cid emplea métodos de lucha exclusivos de los bereberes y que el ejemplo más claro se encuentra en el relato de la conquista de Alcocer, donde se recoge un ejercicio ecuestre bereber conocido como ‘haraka’, en el Cantar ‘arrancada’.

El cuarto punto de su argumentación señala que desde el siglo VIII, sólo en las cortes de Al-Ándalus hay poetas que hacen apología de sus señores, artistas que cantan sus glorias y hazañas. Que el Cid conocía las cortes de al-Mutamid y Banu Hud, en las que había visto cómo se cantaban las gestas de sus señores. Y que, siendo un guerrero inteligente, una vez que entra en Valencia y se convierte en su señor no desaprovecha esa fabulosa arma de propaganda.Y así llega Oliver hasta el autor: Abu-l-Walid al-Waqqaši, que es descrito como uno de los hombres más inteligentes y con más amplios conocimientos de la época. Un mar de sabiduría, una mina de nobleza, un jurista extraordinario y un poeta sensacional que sorprendía por su gran memoria y destacaba por su privilegiada inteligencia y un muy agudo ingenio. ¿Por qué un musulmán escribe la alabanza de un cristiano? En este punto, la investigadora desarrolla una teoría según la cual el poeta sería el interlocutor con el que el Campeador se entrevistó antes de su entrada en Valencia para convencerle de no corriera la sangre ni hubiese represalias para sus habitantes. La historiadora vallisoletana  ofrece el año 1095 como la posible fecha de escritura, ya que fue entonces cuando empezó a recitarse en árabe y romance con el propósito de que sus nuevos súbditos se sintieran orgullosos de tenerlo como señor, según su tesis.

 José Hernando Pérez, historiador

«Lo escribió el poeta mozárabe Ben Gâlib»

Esta semana hemos conocido la última revelación en torno al enigma del Cantar de Mio Cid. La firma el historiador de Quintanarraya José Hernando Pérez, quien asegura que el autor del poema medieval fue un Pedro Abad también llamado Mair Yahya Ben Gâlib, mozárabe de Toledo, jurista, traductor ypreceptor de Alfonso VIII, quien habría escrito el poema entre 1150 y 1208. Según el historiador burgalés,  Ben Gâlib tuvo una estrecha relación con Manrique Pérez de Lara, descendiente del Cid, y con Martín López de Pisuerga, primado de Toledo, que se había criado en Vivar y gracias al cual pudo el poeta conocer a personas que fueron contemporáneas del Campeador. Este último personaje es fundamental para esta revelación, toda vez que sufrió una de las derrotas más sangrantes de la Reconquista en la batalla de Alarcos, resultando humillado por dos nobles. Dice Hernando que el poeta representó a estos en los infantes de Carrión, por lo que escribió la obra cidiana para que su arzobispo frenara sus ímpetus de venganza personal. Hernando ha hallado por primera vez un documento en el que Pedro Abad -Gâlib- se declara jurista y poeta a la vez. Un dato clave, a su entender.