«Burgos es la capital industrial de una región que es ejemplo para toda España»

J.M. / Burgos
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Pascual Dedios-Pleite • CEO Siemens Industry España y Portugal

De sangre española y alemana, Pascual Dedios-Pleite es ingeniero industrial por la Universidad Politécnica de Madrid y MBA por la Universidad de Duke (Estados Unidos). El número uno de la compañía Siemens Industry para España y Portugal también luce en su curriculum el ser profesor de Mecánica de Fluidos, Máquinas Hidráulicas y Eólicas en la Escuela de Ingenieros Industriales de la facultad madrileña en la que obtuvo su licenciatura. Unas tareas que compagina con la vicepresidencia en la Asociación de Fabricantes de Material Eléctrico (AFME).

 

Sorprende lo bien informado que está sobre la industria burgalesa. Seguramente por deformación profesional y quizá también porque lo haya aprendido en alguna de las visitas que cada año realiza a la ciudad para ver la procesión del Santo Entierro. Una debilidad, como la de tapear por el centro, que le hizo aparcar otros asuntos de su agenda y aceptar la invitación que le hizo Ibercaja para participar ayer en la jornada para el Progreso de la Dirección que tuvo lugar en la sede de la entidad en la plaza de España. Después, dedicó unos minutos a Diario de Burgos.

 

¿Qué es eso de la industria 4.0?

En el mundo industrial las cosas están cambiando muy deprisa. Y pasa porque nosotros, las personas, somos los agentes que promovemos el cambio con nuestros comportamientos. Queremos ser exclusivos, únicos.  Quieres tu producto para ti. Y como cliente la quieres hoy, no dentro de cinco meses. Lógicamente en esa cadena de valor está quien lo tiene que fabricar. Hasta ahora era muy difícil encontrar tecnología para poder flexibilizar la producción de manera que convirtamos las series en un producto único. Ahora debemos replantearnos los modelos productivos y no pensar que estamos en el estado del arte. ¿Cómo satisfacemos a nuestros clientes? Siendo cada vez más específicos con productos que suministramos al mercado con ciclos de vida más cortos, con más flexibilidad y con un coste mucho más ajustado.

¿Qué riesgos tienen los avances tecnológicos para la mano de obra? ¿Va a haber trabajo para las personas que no tengan formación?

En una ocasión, en un paseo por una planta de la compañía en la que el 75% del valor es producido por máquinas, donde hay pocas personas trabajando, me planteaba: ¿qué ha pasado con todas estas personas que en algún momento han ocupado este espacio? Haciendo referencia a Siemens, nosotros no solamente no hemos destruido empleo, sino que hemos aumentado. Y a la vez lo hemos cualificado. La formación que tenemos ahora es superior a la que había hace 20 años. No hay pérdida de empleo, lo que hay es una reubicación, pero con mayor cualificación.

¿Y que ocurre con los que no la tienen?

Creo que la obligación social que tenemos las empresas y administraciones es desarrollar permanente a las personas para conseguir la cualificación necesaria. De una manera temporal, las empresas industriales tendremos que soportar el coste de transformar culturalmente a nuestros técnicos y a nuestras personas, pero es también responsabilidad de las administraciones proporcionar al mercado nuevas generaciones de técnicos ya cualificados en el mundo de la industria digital. Y por otra parte, no debemos dejar de pensar que las generaciones jóvenes que accedan al empleo industrial deberán venir ya suficientemente capacitadas.

Hay quien dice que el trabajo del futuro no se ha inventado aún. ¿Está de acuerdo con esta teoría?

El mundo se va transformando cada vez más deprisa. Tenemos que darnos cuenta de que lo vale hoy, mañana ya no sirve. En el empleo del futuro podemos visionar hacia dónde vamos en un corto o medio plazo, pero más allá es imposible.

¿Qué opinión tiene de la industria de Castilla y León y de Burgos?

Es muy relevante. Tiene grandes multinacionales españolas, grandes grupos de automoción, de compañías alimentarias... El comportamiento industrial  de Castilla y León es fantástico y es un ejemplo para España. Donde Burgos, para mí, si me permite, es la capital industrial. Hay fabricantes de máquina-herramienta como Nicolás Correa, grandes corporaciones de automoción como Antolín, que es una de las mayores multinacionales españolas en número de plantas y empleados, corporaciones de alimentación como Campofrío o el Grupo Pascual... Esta última, referencia en implantación de tecnología en sus procesos productivos. Y así tantas otras. La apuesta de Castilla y León por la industrialización es clara. Ustedes saben dónde están en este desarrollo industrial y digital. No importa si se está más o menos avanzado, lo que importa aquí es no pararse, porque eso significa dejar paso a la competencia.

¿En alguna ocasión ha puesto como ejemplo de multinacionales que pueden considerarse ejemplo de industrias 4.0 al Grupo Antolín y a Gestamp. ¿Qué les diferencia de otras que no están en ese punto?

Son ejemplos de grandes multinacionales que evolucionan día a día. No podemos pensar que se han vuelto grandes de repente. Ese cambio que van implementando les va permitiendo adquirir competencias y conocimientos. Pero hay más ejemplos. Campofrío está a punto de inaugurar su nueva planta de producción. Será un modelo y referente en Europa de manufacturas de producción alimentaria. Lo más relevante de la innovación 4.0 estará instalado en esa planta que se inaugurará en noviembre.

Una vieja demanda de esta ciudad es que se culminen las obras de su parque tecnológico. ¿Hasta qué punto valoran estas infraestructuras una empresa como la suya?

Nosotros estamos instalados desde hace más de 100 años en Castilla y León. Tenemos nuestras oficinas en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid) y tenemos absoluta consciencia de que pertenecemos a esta comunidad histórica. Lo que no podemos es estar en todas las provincias. Nuestra apuesta, en su momento, fue estar en Valladolid y nos hemos mantenido fieles.Respecto a los parques tecnológicos, las administraciones tienen que pensar cuál es el mejor desarrollo de futuro, que permita soportar el desarrollo de las empresas. Aunque también es cierto que tenemos que ser conscientes de las capacidades de inversión y del gasto público que existe en este momento.

¿Cuáles son los criterios que sigue una empresa como Siemens para ubicarse en un lugar o en otro?

Sin duda, una de las decisiones por las que Siemens fue a Valladolid y movió sus oficinas del interior de la capital a Boecillo fue la proximidad a la Universidad, a la generación de talento. Nosotros lo hemos valorado muchísimo. Y también, que  Castilla y León es una comunidad ambiciosa, donde se invierte, donde hay innovación, despegue, entusiasmo. Nosotros somos una compañía que encajamos perfectamente con esa voluntad.

¿Es verdad, como se dice, que la incertidumbre política está ralentizando inversiones?

Sobre la situación política prefiero declinar la respuesta. Somos una empresa que se implantó en España hace más de 120 años y pueden imaginarse en tanto tiempo, cuántas cosas han pasado. Y Siemens sigue aquí. Nuestra apuesta es clara. Somos una multinacional alemana, pero tremendamente enraizada en España. Hemos sabido entender que las cosas en algunos momentos van más deprisa, otras veces más despacio... pero este es un gran país, con grandes personas.

¿Hace unos días supimos que Siemens tiene pensado despedir a 2.500 personas. Y al mismo tiempo se dice que en los próximos años van a invertir 1.000 millones y contratar a otras 25.000. ¿Cómo se explica esto?

En nuestra historia, en tantos años, seguramente se han producido grandes inversiones. Y también es cierto que hay momentos que hay negocios que se ven afectados por temas coyunturales que nos obligan a pedir cierta flexibilidad a la sociedad para poder continuar. Nuestra historia no es de acabar, sino de continuar. Tenemos cuatro divisiones y alguna puede estar pasando momentos difíciles.

¿En qué lugar se encuentra España en el mundo de la industria 4.0?

España es un gran país, en el que la industria representa un 15% del PIB. Nuestro deber como ciudadanos es mantener la industria y luchar por ella. Hay grandes negocios verticales. Recordemos que es el segundo fabricante de automóviles por detrás de Alemania, que somos una potencia en el sector aeronáutico, en el de máquina herramienta, en la industria alimentaria... Con unos mimbres como estos, creo que lo que tenemos que hacer es apostar por mantener lo que tenemos y desarrollarlo.  Creo que tenemos las personas, los conocimientos y la estructura para poder crecer.