Los intentos de fraude al seguro se disparan un 15% y superan el millar en 2014

I. Elices / Burgos
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Las aseguradoras detectaron 588 casos en el ramo del automóvil, 420 en los multirriesgo (teléfonos móviles, cámaras de fotos, etc.) y 68 en el ámbito de la salud y los de vida

 
El retroceso que experimentó el fraude al seguro en 2013 fue un mero espejismo. Aquel ejercicio era el primero desde 2008 en el que la cifra de intentos de estafa a las aseguradoras caía -un 3%, en concreto-, un dato que llevó a pensar que la crisis empezaba a dar una tregua a los ciudadanos y éstos ya no necesitaban saltarse la legalidad para sacarse unos euros. Pero la estadística de 2014 no invita al optimismo, puesto que el número de fraudes que detectaron las compañías en Burgos subió un 15%, al pasar de los 934 de 2013 a los 1.085 del ejercicio anterior. Por tanto, o el crecimiento solo se refleja en la macroeconomía o resulta imposible erradicar una inclinación tan presente en el carácter español, la picaresca.  
La tendencia en Burgos, según el informe que elabora el ICEA (Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones), es la misma que en España y en Castilla y León, aunque la subida es más acusada en la provincia. En todo el país, el número de intentos de fraude que abortaron las compañías en 2014 ascendió a 155.994, lo que representa un crecimiento porcentual del 2,6%. En la Comunidad se registraron 7.115 casos el año pasado, frente a los 6.723 del anterior, lo que revela un aumento del 5,8%.
Con la crisis, las simulaciones de robo, incendio o accidentes de tráfico se han convertido en práctica habitual. Pero inventarse una denuncia constituye un delito que puede acarrear hasta dos años de prisión. 
Los números de 2014 en la provincia de Burgos indican que el descenso registrado en 2013 -el primero desde que se inició la crisis- fue un hecho excepcional. De hecho, desde los 515 casos detectados en 2008 la estadística se ha doblado hasta la actualidad.
El ejercicio pasado el número de intentos de fraude subió en otras cinco provincias de Castilla y León. Además de en Burgos se registraron incrementos en Ávila, al pasar de 432 a 496, un 14% en términos porcentuales; en Palencia, de 379 a 402  un 6%%; en Salamanca, un 5%, pues en 2013 se registraron 862 casos y el año anterior, 912; en Valladolid crecieron 6%, de 1.671 tentativas a 1.784, y en Zamora, con un aumento del 21%, de 367 a 446 . Por contra, experimentaron caídas León, del 0,6%, al descender los intentos de fraude de 1.439 a 1.430; Segovia, con una disminución del 11%, de 446 a 395, y Soria, donde los casos bajaron de 194 a 169, lo que representa un descenso porcentual del 12%.
Por ramos, los seguros del automóvil encabezan el ranking de fraudes con 588 casos detectados por las compañías de seguros en la provincia de Burgos, el 54%  del total. Los intentos más habituales han sido la ocultación del daño o preexistencia del mismo, así como intentar asegurar un automóvil después de haber sufrido un accidente.
Le siguen los seguros multirriesgo del hogar y los de comercio (teléfonos móviles, cámaras de fotos, etc), con 420 casos (32%), y los de vida y salud, con 68 (6,2%%).
 En la estadística se aprecia un gran número intentos de fraude no profesionales, como simulaciones de robo, incendios de negocios, «aunque continúa habiendo redes delictivas organizadas para delinquir y simular el fraude, especialmente en relación con el seguro de automóvil».
El ICEA ha comprobado que los defraudadores directos, en el caso de los vehículos, son los propios asegurados quienes actúan de acuerdo con otros defraudadores de forma compartida. En los partes de daño es frecuente la connivencia con el contrario: en rotura de lunas, con el reparador, y en daños corporales es frecuente la connivencia con los profesionales médicos.
Respecto a las herramientas de investigación, ha aumentado de forma masiva la utilización de internet y redes sociales como una de las vías de seguimiento e investigación de los siniestros.
Los fraudes de baja intensidad, los que son menores de 600 euros, aumentaron un 21% el año pasado, mientras que los fraudes por encima de esa cantidad crecieron en un 6%. Dentro de la categoría de fraudes de baja intensidad son muy habituales los de daños eléctricos, que buscan renovar los electrodomésticos del hogar por una subida de la corriente eléctrica, o los robos, a través de denuncias falsas, según señala el ICEA.