«Cuando se fallece, en el cerebro tenemos una cámara fotográfica que hace una instantánea de lo que padecía esa persona. Y esa imagen se preserva para poder estudiar cómo se producía esa enfermedad». Así resume el director científico del Banco de Tejidos Neurológicos del Instituto de Neurociencias de Castilla y León, Javier Herrero, por qué es importante que cualquier persona, de toda edad y condición, ponga su cerebro a disposición de la ciencia. «Las enfermedades neurodegenerativas como alzhéimer, párkinson o esclerosis múltiple son las pandemias del s. XXI y el cerebro puede aportar muchos datos para llegar a erradicarlas. No hay otra forma», concluye este experto, que el martes da una conferencia sobre el tema en el salón de actos de Cajacírculo de la plaza España, invitado por Afabur.