La Guardia Civil ha retirado 250 kilos de productos perecederos que un comercio de Burgos pretendía poner a la venta tras alterar la cadena de frío. Una investigación conjunta entre el Servicio de Sanidad de la Junta y la Comandancia ha evitado que dichos alimentos salgan a la venta y supongan un riesgo para la salud.

El Seprona tenía conocimiento de una posible irregularidad en la conservación de productos en un comercio de Burgos. Así, agentes del equipo de investigación, con el apoyo de facultativos del Servicio de Sanidad de la Delegación inspeccionaron el establecimiento, comprobando las irregularidad cometidas. El comercio se dedicaba principalmente a la venta de alimentos manufacturados o procedentes de Europa del Este. Los productos dudosos fueron precintados e intervenidos de manera cautelar.

Las labores de observación permitieron comprobar que en el establecimiento se almacenaban a temperatura ambiente alimentos que debían ser refrigerados y a temperaturas de entre 2º y 6º otros que era necesario congelar.

Por ejemplo, en el congelador tipo arcón se guardaban productos y derivados de porcino y ave, pescados y lácteos a 5º centígrados cuando en su etiquetado se estipulaba -18º como la temperatura de conservación. Igualmente cerca de 70 kilos de quesos de vaca y oveja estaban apilados en cajas a temperatura ambiente, al igual que productos hortícolas y derivados de la leche.