La presencia en las municipales del Partido cofundado por José Antonio Ortega Lara cobraba un significado especial en Burgos, pero tanto el exfuncionario de prisiones como sus compañeros de filas optaron por alejar el foco de quien a buen seguro sería su mejor baza electoral y ponerlo sobre la figura de Ángel Martín, inédito en el ruedo político pero dispuesto a defender un proyecto que, no es un secreto, enraíza en las vías de agua abiertas durante los últimos años en el Partido Popular. 

 

VOX nace sobre principios de política nacional. ¿Por qué el salto a lo local?

Porque VOX tiene vocación de cambiar las cosas y quiere participar en todos los ámbitos en los que se tomen decisiones que puedan afectar a los ciudadanos. 

Sí, pero son un partido muy ideológico y los municipios son casas de gestionar a diario...

Pero la ideología inunda todos los ámbitos, ya sean económicos o de gestión. Somos muy ideológicos y tenemos unos principios sólidos, pero uno de ellos es que es necesario bajar los impuestos para que los ciudadanos tengan más dinero disponible y para no convertir el país en un infierno fiscal. Nosotros queremos un paraíso fiscal, pero no como los que conocemos, sino como un lugar en el que la fiscalidad se ajusta a lo suficiente para pagar los servicios que debe haber sin asfixiar a nadie.

Suena bien, ¿pero cómo va a ahorrarse lo que vamos a dejar de pagar?

Adelgazando una administración, que es elefantíasica. Hay más empleados públicos, y repito lo de empleados públicos, que no funcionarios, que empleados en el ámbito privado. Hay que suprimir las comunidades autónomas, algo que ahorraría 60.000 millones al año. Y en el ámbito local sabemos que hay muchísimo dinero que se pierde. No se pueden dedicar 800.000 euros en un año para hacer propaganda a los que dirigen el Ayuntamiento. Ni tener empleados a dedo cobrando los sueldos más altos, porque los funcionarios suelen tener sueldos bastante bajos.

Muchos de ustedes provienen del PP. ¿Qué aporta VOX a la oferta política actual?

Muchos no, alguno. Menos de lo que la gente cree. Yo, por ejemplo, no vengo de ningún partido. Hay un 90% de afiliados sin afiliación anterior. Lo que aportamos es una visión diferente de la política para que se haga desde los ciudadanos y hacia los ciudadanos. Nosotros salimos de la sociedad, tenemos nuestras profesiones, un proyecto de vida realizado y no necesitamos la política para vivir. Aportamos honradez y sensatez, y hoy en día no abundan en el mundo político.

He visto que en su última campaña hablan de los políticos en tercera persona, como si no fuera con ustedes lo de la política...

Cuando hablamos de los políticos en tercera persona nos estamos refiriendo a los políticos profesionales, de los que entran en las juventudes y van saltando de poltrona en poltrona haciendo de la política su vida. Nosotros no somos eso. Queremos estar en política durante un tiempo nunca superior a ocho años, gestionar lo que creemos que se debe gestionar por los ciudadanos y después volver a nuestras ocupaciones.

Ahora que todos huyen de etiquetas y que incluso Pablo Iglesias dice que Podemos no es ni de izquierdas ni de derechas, ustedes sí presumen de ser de derechas.

Nos han encasillado ahí y presumimos de ello porque no podemos ir huyendo de lo que somos, pero lo que queremos es que los ciudadanos lean nuestras propuestas y después sean ellos los que decidan dónde colocarnos. Las propuestas para dirigir un municipio no son ni de izquierdas ni de derechas, o son sensatas o son disparatadas y se hacen o pensando en el ciudadano o pensando en el político.

En la encuesta de Sigma Dos para DB no obtenían representación en el Ayuntamiento pero era usted el líder mejor valorado, aunque el menos conocido. ¿Con qué se queda?

Debo agradecer a los ciudadanos que me valoraren tan positivamente. Supongo que es porque me conocen y, precisamente porque muchos todavía no nos conocen, no nos daban escaño. Creo que vamos a sorprender a la gente que hace las encuestas y a los políticos. Estamos en la calle, pulsamos el sentir de los burgaleses y vemos que la gente quiere un cambio, pero un cambio sensato. No podemos irnos en cualquier dirección con formaciones que ofrecen cosas absolutamente disparatadas.

¿VOX es también una respuesta a otros movimientos que han surgido por el flanco de la izquierda?

No porque VOX nació hace más de un año. Cuando apareció Podemos ya existía VOX. Y respecto a conglomerados como Imagina no somos una respuesta por el mismo motivo: existíamos antes. Sí es verdad que surgen formaciones que no se presentan con su verdadera cara o con su verdadero nombre, sino con este tipo de caretas, pero ya estábamos antes.

Volviendo a lo de pagar menos, han propuesto ustedes acabar con la ORA en toda España. Llamativo.

Esta propuesta está fundamentada en los principios que han visto nacer al Partido: nosotros estamos en contra de la fiscalidad excesiva, pero también de la doble fiscalidad. Los españoles ya pagamos el impuesto de circulación y por eso no tiene ningún sentido volver a pagar. Que exista la ORA no te garantiza un sitio, lo único que te garantiza es que el Ayuntamiento te saca más dinero del bolsillo. Para la rotación hay, en el caso de Burgos gracias a la gestión de todos los anteriores alcaldes, muy buenos aparcamientos subterráneos en el centro. Lo que hay que lograr es que bajen los precios y se utilicen más. La doble fiscalidad es inmoral.

¿Cuáles son las tres medidas que urge tomar en el Ayuntamiento?

La primera es reestructurarlo y auditarlo. La segunda es abrirlo a los ciudadanos para que sepan lo que está ocurriendo. Y la tercera buscar una salida a la deuda de la ciudad, que es insostenible; lo único que han hecho hasta ahora es aplazarla.

Si no logran representación, ¿seguirá existiendo VOX Burgos?

Por supuesto. VOX es un movimiento que va a quedarse para transformar la sociedad, para traer un mensaje de regeneración que defendemos y para tomar las medidas adecuadas para aumentar las libertades y que todos tengamos los mismos derechos, con las mismas leyes y con un solo parlamento.