El San Pablo Inmobiliaria Miraflores se apunta al ‘Más difícil todavía’. Esta noche jugará su segundo encuentro de la campaña en Navarra y lo hará con solo ocho jugadores. Andreu Casadevall no podrá contar con Rafa Huertas ni Roger Fornas, dos jugadores conocedores de la LEBOro que aportan los intangibles tan necesarios para conseguir victorias. El encuentro comenzará a las 20.30 horas.

Ya se sabía que los inicios iban a ser muy complicados; que en las filas castellanas iba a ser obligatorio luchar contra los rivales y en inferioridad de condiciones. A estos inconvenientes ya previstos se han añadido las lesiones. Primero fue la de Rafa Huertas, un alero experimentado en la categoría y de la afición burgalesa. Estaba llamado para aglutinar los diferentes baloncestos de una plantilla tan singular. Sin embargo, se lesionó en las primeras sesiones de entrenamiento y apenas ha podido trabajar con el equipo. Lo ha hecho dos días esta semana. El andaluz ha intentado superar la rotura muscular en el pecho y ayudar al equipo, pero en vez de recuperarse plenamente ha dado un paso atrás en su recuperación. Su debut con el equipo tendrá que aplazarse una semana más.

A esta ausencia hay que añadir la de Roger Fornas, aquejado por un fuerte dolor en la espalda que le ha tenido apartado toda la semana del equipo.

Dos ausencias importantes y que obligan a Andreu Casadevall a buscar un buen resultado con solo 8 jugadores: los dos bases Augustas Peciukevicius y Roger Vilanova; tres aleros Anton Maresch, Edu Martínez y Justas Sinica; y tres pívots JaviVega y los croatas Filip Toncinic y Matija Poscic.

El panorama no es muy halagüeño pero Andreu Casadevall intenta no sobrevalorarlo. «Ya nos hemos visto en otras campañas en Autocid con 8 jugadores. No queda más remedio que ayudarnos los unos a los otros y trabajar», revela.

Sin duda, el técnico catalán tendrá que hacer muchos cambios de posiciones. «Ya jugamos el primer partido con los dos bases en pista por la lesión de Rafa Huertas. Iremos resolviéndolo poco a poco», afirma.

 

Imposible crecer.

El entrenador no quiere dar excesiva importancia a todas las adversidades que rodean a su equipo. Prefiere transmitir un mensaje positivo, aunque si lamenta que las lesiones están impidiendo que el equipo crezca. Esto es un inconveniente importante, teniendo en cuenta que el retraso que lleva con los demás equipos es de tres semanas.

«El problema no es tener solo a 8 jugadores sino que las lesiones nos están privando de crecer como equipo. Hay muchas cosas que corregir y que aprender ya que hay varios jugadores procedentes de ligas extranjeras pero no tenemos los efectivos suficientes. Preparamos un sistema nuevo y el día que hay que repetirlo para fijarlo, falta otro más. Hay que seguir trabajando y ayudándonos entre todos», revela Andreu Casadevall.

En este sentido afirma que «no me asusta el hecho de que haya dos bajas, sino que sean dos ausencias de jugadores que conocen la Liga y que podrían ayudar a suplir las carencias que tenemos».

Conocedores o desconocedores de la LEB Oro, la realidad es que el San Pablo Inmobiliaria tendrá que jugar esta noche otro complicado partido, aunque sin las urgencias de anotar una victoria.

 

Pamplona.

El técnico Sergio Lamua sigue al frente del cuadro navarro, que esta campaña se ha reforzado en todas sus líneas. Además del joven Íñigo Zabalo cuenta como directores de juego a Quique Garrido y Guille Justo, precedentes del Melilla y Palencia, respectivamente. En el juego exterior de Miguel Servera, Iñaki Narros y Joaquín Bonhome se ha unido Sergio Rodríguez, cedido por el Iberostar Tenerife.

En el juego interior ha dado un paso importante. Ha fichado a Oliver Arteaga, que la pasada campaña realizó un gran juego en Palencia; y al senegalés Maodo Nguirane, procedente del Unicaja de Málaga. Además mantiene al catalán Iván García y ha recuperado al marfileño Serge Konan, que ha estado varias campañas en blanco por lesión.

Un equipo fuerte, que comenzó la campaña perdiendo en la pista del Palma Air Europa (87-75) y que tiene ganas de dar una alegría a su afición, máxime ante un bloque burgalés, que tradicionalmente le ha infligido duras derrotas. No será un partido fácil para el San Pablo, que deberá luchar contra un sinfín de adversidades.