Del secreto sobre San Ildefonso a la acción social

Ical / Zamora
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La Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano celebra Consejo Capitular anual a inviste a nuevos integrantes

Dos cofrades imponen el título de Nuevo Caballero a Jaime Muñoz-Delgado, jefe del Estado Mayor de la Armada. - Foto: J.L. Leal (Ical)

La Real Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano celebró ayer su Capítulo General en la iglesia arciprestal de San Ildefonso de Zamora, el acto más importante del año para una corporación que hunde sus raíces en el siglo XIII y por la que han pasado numerosas figuras de la realeza y la nobleza.
Después del Capítulo General, al que este año asistieron las Reales Hermandades de toda España, se invistió a cinco nuevos caballeros cubicularios y cinco damas.
El sustrato histórico de esta peculiar organización tiene como referencia la fecha del 26 de mayo 1260, cuando se descubrieron de forma casual los restos de San Ildefonso en la iglesia arciprestal de San Pedro, que se llamaría después de San Pedro y San Ildefonso.
San Ildefonso, arzobispo de Toledo, fallece en el año 669, es enterrado en Toledo y en el 720, ante la invasión sarracena y la posibilidad de que sus restos fueran profanados, los toledanos optaron por trasladarlos hacia el norte de la Península. «No se ha conseguido precisar si iban hacia Galicia o hacia Asturias pero lo que se sabe es que pasaron por Zamora en el año 720 y, dado que Zamora era una ciudad muy bien fortificada, decidieron depositar los restos en la ciudad», cuenta el mayordomo presidente de la Cofradía, Javier García-Faria. «Entonces, no estaba claro si la invasión mora iba a prosperar en Zamora con el tiempo y por eso se depositaron los restos de forma secreta. Tan en secreto lo hicieron que no se supo de ellos hasta 1260, es decir, hasta más de cinco siglos después».
La Cofradía, que tiene naturaleza civil, como asociación, y religiosa, como asociación privada de fieles, ha tenido entre sus adscritos a reyes como Carlos I, Felipe II o Fernando VII; al infante Carlos María de Borbón, a integrantes de las casas de Alba, Infantado, Medinaceli, Lerma, Gandía y Olivares, entre otras, así como a numerosos representantes de la nobleza zamorana. En la actualidad cuenta con 120 integrantes, con el Rey Juan Carlos como hermano mayor honorario.
 
Acción social. La Cofradía amplió en 2009 su razón de ser con la creación de la Asociación de Caballeros Cubicularios, destinada a obtener todos los recursos económicos posibles para destinarlos a obra social, siguiendo y desarrollando la estela inicial por la que los cubicularios ayudaban a peregrinos, enfermos y personas desasistidas. «No podemos mantenernos sólo por el propio boato de la corporación, por muy digno que sea. La sociedad pide que hagamos muchas más cosas y, sobre todo, en los tiempos que vivimos con la crisis económica», señala García-Faria. «Intentamos impulsar por todos los medios la Asociación a pesar de las dificultades que existen hoy para conseguir medios económicos», anota.
Desde el secretismo de sus orígenes, necesario para cumplir con eficacia su objetivo, hasta el carácter público actual y la implicación social, han pasado 753 años, casi los mismos que los musulmanes en la Península.
 
Cinco nuevos caballeros y cinco damas

 

La Real Muy Antigua e Ilustre Cofradía de Caballeros Cubicularios de San Ildefonso y San Atilano celebró ayer su Capítulo General e invistió a cinco nuevos caballeros y cinco damas.
Los nuevos caballeros que recibieron su insignia a título personal son el almirante-general jefe del Estado Mayor de la Armada, Jaime Muñoz-Delgado; el embajador con destino en La Zarzuela, José Manuel Pascual; el catedrático de Cirugía Vascular en la Universidad de Salamanca, el zamorano Francisco Santiago Lozano; el médico Luis Mariano Romero, y el excatedrático de Óptica Juan Delgado. Entre las damas, ingresan la expresidenta de la Diputación de Salamanca, Pilar Fernández Labrador; la esposa del notario de la Corporación, Francisco Jiménez, María Pura del Carmen Palacios; la abogada Elena Gómez, la registradora Piedad Victoria Garro y Violeta Cortés, primera que ingresa a los dieciocho años, después de que la Corporación modificara los estatutos y redujera la edad de ingreso de 21 a 18 años. Se da la circunstancia de que la joven es hija y hermana de caballeros cubicularios y hermana de una dama de la organización.