La Asociación de Productores y Comerciantes del Valle de las Caderechas dará luz verde, en su asamblea general del próximo día 19 y si no hay sorpresas de última hora, a la adhesión a la Mesa Sectorial de la Cereza en la que ya han entrado las principales empresas españolas productoras, transformadoras y comercializadoras de esta preciada fruta. Las ya incorporadas pertenecen a 8 Comunidades Autónomas (Extremadura, Aragón, Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla y León, Andalucía, La Rioja y Región Murcia) y aglutinan en torno al 70% de la producción nacional de cereza.
La nueva entidad se ha formalizado mediante la firma de los estatutos y tiene como finalidad crear un foro de comunicación, hasta ahora inexistente, entre las diferentes zonas productoras del Estado, para poder transferir conocimientos y fortalecer el sector. Además, se pretende crear un instrumento para la defensa de los intereses comunes.
José Ignacio Velasco, director técnico de la Asociación de Productores y Comerciantes del Valle de las Caderechas, subraya que entrar la nueva mesa sectorial servirá a los caderechanos para «disponer de un mayor conocimiento del mercado nacional de la cereza en cada campaña y poder tomar mejores decisiones de comercialización». También destaca la capacidad de interlocución ante las administraciones. Entre las primeras acciones que llevará a cabo la nueva Mesa Sectorial de la Cereza se encuentra solicitar una reunión a los Ministerios de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y al de Economía y Competitividad para poner de manifiesto las inquietudes y proyectos en todo lo relacionado con el cultivo y en lo relativo a protocolos de exportación y autorizaciones excepcionales.
Experimentar con calcio
En materia de innovación, los productores caderechanos de manzana y cereza se han embarcado en un proyecto experimental para mejorar la calidad de la fruta y los resultados se podrán constatar cuando finalicen ambas campañas. Este nuevo desafío lo capitanea el químico Julio Molinuevo, uno de los ponentes de la quinta edición de los cursos de fruticultura organizados muy recientemente en el valle. Bajo la premisa de mejorar la calidad de sus manzanas y cerezas y favorecer el enriquecimiento del suelo, el proceso permitirá evaluar la aplicación de productos ricos en calcio sobre los árboles y los terrenos. Lo que se busca, en el caso de la manzanas, es que tengan menos problemas de bitter pit, la famosa depresión amarga cuyas manchas afean considerablemente el interior de las reinetas. «En cuanto a las cerezas, el calcio, si está bien asimilado, da más dureza a la piel y permite una mejor conservación y transporte», detalla Velasco. Al proyecto se han apuntado varios fruticultores voluntarios y el día 19 de este mes todos ellos mantendrán una nueva reunión con Molinuevo para empezar a dar los primeros pasos de implantación del proyecto. Así continuarán con la línea de innovación emprendida en la zona.
Recuperar variedades. La Asociación de Productores y Comerciantes del Valle de las Caderechas también está valorando la recuperación de antiguas variedades frutales que han dejado de tener presencia en el valle. En el caso de la manzana, se habla de esperiega, cuatro cantonones, rayada de Oña y Quintanamaría. En el caso de la cereza, se señalan la roja del milagro, la gordal, la amplollar y la guinda. Por lo que respecta a la pera, las variedades serían duquesa y cuchillo. De todo ello, ha hablado a alumnos de Ingeniería de la Universidad de Burgos, el presidente de los fruteros caderechanos Juan José Gandía.