Álvaro Caballero podrá presumir cuando sea mayor de que fue el último niño (al menos hasta el cierre de esta edición) que nació en el Hospital General Yagüe, un 17 de junio de 2012, unas horas antes de que los últimos pacientes que quedaban en el centro fueran trasladados a las dependencias del nuevo Hospital Universitario. Él mismo y su mamá lo serán también hoy, como el resto del medio centenar que quedaba ayer domingo. Si Álvaro nació a las 21.30, por cesárea, unas horas antes, a las 18.00 horas, venía la mundo otro niño, Darío Montes de Oca, de parto natural y rápido, ya que apenas llevaba su madre tres horas ingresada. La feliz mamá, María Martín, es analista del propio hospital, en cuyo laboratorio ha trabajado en los últimos siete u ocho años. Le ha dado tiempo, estos últimos días, de estar en el HUBU; ahora pasará los meses que le corresponden por baja maternal para estar con su retoño antes de volver a las inmaculadas instalaciones de Islas Balerares.
Estos dos nacimientos pusieron la guinda a la última jornada de actividad en las llamadas aún por muchos Trescientas Camas. Hoy, el hospital será ya historia. Actividad, por otra parte, que estuvo centrada en las dos últimas plantas abiertas, la quinta -Ginelogía y Obstetricia- y la séptima, en las que están la unidad de preescolares, cirugía infantil, UCIpediátrica, neonatos y lactantes. Además, permanecía en servicio la URPA, que lógicamente tiene qe estarlo mientras haya pacientes ingresados, así como Hemodiális. También Urgencia mantenía la actividad normal.
Tras las últimas altas dadas ayer mismo en ambas plantas, quedaron 26 personas ingresadas en la quinta -tanto las pacientes parturientas como las de tratamientos ginecológicos-. En la séptima también hubo algunas altas y finalmente, han pasado la noche 21 niños, la mayor parte de ellos, neonatos. Hoy, todos serán instalados en sus nuevas habitaciones del Universitario.
Y si los profesionales al cargo de estos servicios iban y venían con el estrés lógico de unos momentos tan intensos y con cierto ’desorden’, algunos doblando turnos tarde y noche en éste y en el nuevo hospital, entre las batas blancas y verdes se movían los encargados de trasladar cajas y cajas empaquetadas. Para que todo estuviera en orden, hizo presencia la supervisora de la planta séptima, Isabel Zapatero, a media mañana.
300 PACIENTES, EN EL HUBU. Y mientras, un hospital vive sus últomas horas, otro comienza un largo camino. El gerente del centro, Miguel Ángel Ortiz de Valdivielso, manifesta que con la incorporación hoy de los pacientes que lleguen del Yagüe, al finalizar la jornada de hoy, las nuevas instalaciones contarán entre 300 y 340 pacientes. Ortiz de Valdivielso agradeció la labor de los profesionales y señaló que ha sido un traslado «muy trabajado» que ha demandado mucha información y en el que se han empleado 5 meses.
De cara al futuro del instrumental que quedará en el antiguo hospital, avanzó que todo el equipamiento se aprovechará e irá a parar a otros hospitales de la Gerencia regional del Sacyl.