El chófer de un camión que transportaba escombros y residuos de construcción murió ayer tras volcar el vehículo que conducía en la penetración de Cortes, cuando acababa de tomar esta vía procedente de la circunvalación. Ricardo Saiz Blanco, de 53 años de edad, llevaba tan solo tres meses trabajando para la empresa burgalesa Jesús Santillán Pedrosa SL, dedicada al porte de todo tipo de mercancías. El accidente tuvo lugar a las 15 horas, cuando perdió el control del tráiler que manejaba justo en mitad de una curva cerrada situada en el comienzo del vial que conecta la BU-30 con el barrio de la periferia de la capital.
El costado izquierdo del camión cayó sobre el quitamiedos de la carretera y con el impacto la cabina quedó totalmente destrozada, sobre todo la parte más cercana al conductor, quien quedó atrapado en su interior. Por ello fueron llamados los bomberos de la capital, quienes acudieron con los equipos de excarcelación para sacarle de dentro.
Lamentablemente, una vez fuera, los facultativos de Sacyl que se desplazaron en UVI móvil hasta el lugar del accidente solo pudieron certificar la muerte del conductor. La víctima había iniciado su jornada de trabajo a primera hora de la mañana y había ido a recoger los escombros de una obra a un pueblo cercano a Burgos. A las 15 horas regresaba a la capital para dejar los desechos en la planta privada de tratamiento de residuos de construcción situada en Cortes. Pero ya no llegó.
Varias dotaciones de la Policía Local se desplazaban también hasta el lugar del accidente con el fin de facilitar las tareas de los bomberos y del personal sanitario. También se encargaron de regular la circulación hasta que el vial fue abierto de nuevo al tráfico, pues el acceso a Cortes quedó cortado mientras se desarrollaban las tareas de rescate.
Horas antes, a las 11,15, se produjo otro siniestro. Ocurrió en la A-62, a la altura de Celada del Camino. Se quedó en un susto, pero pudo haber sido una tragedia, ya que cuatro coches se vieron implicados en el accidente. Fueron trasladadas hasta el Hospital Universitario seis personas heridas, aunque afortunadamente ninguna de ellas presentaba lesiones de gravedad, según pudo confirmar este periódico. Un camión que había salido de Noja (Cantabria) con varios depósitos vacíos de cloruro férrico dejó caer uno de los tanques, que se precipitó sobre la calzada. El primer vehículo que se topó con él logró sortearlo, no así el siguiente, que pegó un frenazo. Los tres coches que circulaban tras él no pudieron parar a tiempo y chocaron por alcance. Acto seguido el servicio de emergencias 112 de Castilla y León recibía varias llamadas en las que avisaban del accidente. Como el vehículo portaba las placas que advierten del transporte de mercancías peligrosas fueron llamados los bomberos, si bien pudieron comprobar que todos los bidones estaban vacíos.
Al parecer el camión no llevaba bien sujetos los depósitos, razón por la cual uno de ellos salió volando al entrar en contacto con una simple corriente de aire. Suerte que no impactó directamente con el parabrisas de ningún coche, porque las consecuencias podrían haber sido otras. Al conductor y al copiloto del Opel Vectra que chocó con el tanque les saltaron los airbags. Finalmente fueron trasladados al Hospital Universitario las mujeres T.C.A., de 70 años; T.C., de 42; F.M., de 40; M.C., de 6; M.C., de 1, y el varón M.P.G., de 75. La Guardia Civil envió varias patrullas al lugar para regular el tráfico mientras la calzada de la autovía era despejada.