Los vecinos de las localidades ribereñas de Villalba de Duero y Fuentespina están más cerca de cumplir con la normativa europea que insta a realizar el vertido y depuración de aguas residuales que producen con su actividad diaria, doméstica o profesional. Las obras proyectadas por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) para conectar ambas redes de saneamiento con la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Aranda de Duero ya han culminado y sus vertidos empezarán a llegar hasta este punto y así evitar que vayan directamente al cauce del río Duero.
Dentro del Plan Nacional de Calidad de las Aguas, Saneamiento y Depuración 2007-2015 del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se han invertido 3,7 millones de euros en realizar unas obras, que ha ejecutado la empresa Arpape S.L. en unión temporal con Cyopsa Sisocia y que ya están recepcionadas. La conexión definitiva de ambas localidades se realizará en el momento en el que los ayuntamientos firmen un acuerdo con el Consistorio de Aranda para el uso de las instalaciones de la EDAR y acuerden las tasas que se tendrán que pagar. «La obra está hecha, la conexión técnica, falta que los ayuntamientos lleguen a acuerdos con el de Aranda para la firma de convenios en los que se especifiquen las tasas que se van a abonar», aclaraban fuentes de los servicios técnicos de la CHD.
Los habitantes de sendas localidades no van a ver las consecuencias de estas obras en su día a día pero esta inversión tendrán grandes efectos favorables para el cuidado del entorno natural. «A efectos prácticos no se ve pero vamos a cumplir la normativa de vertidos y con los trámites de calidad de las aguas al verter en la EDAR de Aranda. Se puede notar en que nos cueste más dinero la tasa de alcantarillado pero es solucionar un problema que teníamos muchos pueblos, que teníamos de plazo este año para hacerlo y que ahora ya cumplimos», reconoce Jesús Sanz, alcalde de Villalba de Duero.
Soluciones técnicas
Aunque el resultado de estos trabajos es el mismo, es decir, conectar ambas redes de saneamiento a la EDAR de la capital comarcal, la forma de hacerlo se ha tenido que adaptar a las particulares condiciones de cada terreno. En el caso de Villalba, la distancia es mucho menor, con una longitud de tubería de 1.032 metros frente a los 4.148 utilizados en el tramo de Fuentespina, pero se ha tenido que idear una solución técnica para salvar el cauce del río Duero, que separa el término municipal de Villalba de la EDAR. «Lo que se ha hecho es una pasarela que sirve para el transporte de estas aguas, con una tubería por debajo de la plataforma de esta pasarela, con hueco para posibles conducciones de luz o agua potable en previsión de un futuro servicio que se pudiera dar», explican desde los servicios técnicos de la CHD.
Lo que se creó como una opción a un escollo del terreno ya se ha asimilado como una nueva vía de comunicación peatonal entre Villalba y Aranda, utilizada por paseadores, senderistas e, incluso, trabajadores del polígono industrial arandino. «Hemos podido comprobar que hay gente que trabaja en el polígono industrial de Aranda que vive en Villalba y va en bicicleta por la pasarela, cuando antes daba una vuelta con su coche más larga», apuntan desde la CHD.
En el caso de Fuentespina, la complicación a la hora de conectar su red de saneamiento con la depuradora de Aranda residía en las características propias del terreno. «La complejidad que había es que íbamos paralelos al arroyo de la Nava, con un nivel freático muy alto en los terrenos colindantes a este cauce, con la dificultad añadida de que en la zanja tienes que estar sacando agua», aseguran los servicios técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero.
Esta infraestructura no ha supuesto ningún desembolso económico a sendos ayuntamientos, más allá de la cesión de los terrenos por los que discurre el sistema de tuberías de conexión con la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Aranda.