La CUP exige avanzar en la ruptura con España antes de hablar de Mas

AGENCIAS
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La formación de extrema izquierda sostiene que una república catalana es indispensable para poder alcanzar su objetivo, así como dar «pasos irreversibles» en favor de la independencia

Si alguien pensaba que las negociaciones entre los bloques independentistas catalanes de Junts pel sí (JxSí) y la CUP iba a ser fácil, se equivocaba de plano. Yes que ayer, la formación de extrema izquierda dejó claro que su apoyo al futuro Govern no va a ser, ni mucho menos, gratis. Por de pronto, quieren la cabeza de Artur Mas, al que un sector de los de Antonio Baños podría ofrecerle una Presidencia honorífica. Así, el número tres de la lista, Josep Manel Busqueta, exigió a su interlocutor iniciar un proceso constituyente colectivo «con contenido y que vaya más allá de la retórica». Y, antes que nada, romper con España a través de «pasos irreversibles».

Durante la Conferencia Política de este grupo, varios diputados electos de la formación explicaron los pasos y ejes de una república catalana ante Raül Romeva (JxSí), Jordi Turull (CDC), Oriol Amorós (ERC) y David Companyon (EUiA), al tiempo que rechazaron todo tipo de «cargos y privilegios».

Aunque la número dos, Anna Gabriel, abrió el acto diciendo que la posición sobre quién debe liderar el proceso constituyente no ha cambiado tras las elecciones, la CUP no desveló quién sería la figura idónea, ya que «por encima del quién está el qué, el cómo y el cuándo». «Este es el momento de construir la república catalana», añadió.

estructura horizontal. Para el cabeza de lista, Antonio Baños, el proceso constituyente hacia la república no puede ser «un cambio de bandera ni una transición entre élites», y, a su juicio, diga lo que diga la prevista Constitución catalana, el Parlament debe convertirse en una Asamblea constituyente, siguiendo criterios de estructura horizontal.

Busqueta defendió que, en primer lugar, ha ganado las elecciones el sí a la independencia; en segundo, las dos formaciones independentistas; en tercero, Jxsí, «el único que puede y debe formar gobierno, en clave de ese proceso hacia la independencia».

No obstante, avisó a Junts pel sí de que lo nacional es inseparable de lo social, «porque la república catalana será la república de la dignidad de las personas o no será», así que Busqueta instó a los que han ganado las elecciones a no cometer los errores del pasado en esta nueva etapa. Para eso, la CUP pretende llevar a la calle el trabajo del proyecto constituyente, porque así se puede ampliar junto a la gente que sigue el proceso desde la distancia o el recelo.

La formación de extrema izquierda también asume la responsabilidad de llevarlo a cabo con los que quieren evidenciar «que esto no va ni de investir Gobiernos autonómicos ni de negociar con el Estado encajes imposibles», otra de las condiciones que deja claras.

Ese contenido con que quieren dotar al proceso se basa en varios puntos sociales, entre los que destacan revertir las privatización, y añadió que hay 10 casos que quieren desprivatizar, sin citarlos.

Por su parte, Salellas pidió desobedecer al Tribunal Constitucional: «Queremos que se declare la absoluta incompetencia de este tribunal presidido por un militante del PP».

Otras peticiones de los radicales fueron la moratoria de desahucios, impedir que parte de la ciudadanía se quede sin agua, luz, gas ni calefacción mientras las empresas energéticas obtienen beneficios «pornográficos».

Desde JxSí, su coordinador, Jordi Turull (CDC), consideró «positivo» el posicionamiento negociador de la CUP, ya que ofrece «mucho margen para el acuerdo», si bien insistió en que no renunciará a la figura de Mas como president.