Rescatado del olvido

J.M. / Burgos
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Tras más de 25 años en desuso, un negocio de hostelería dará vida a un local que mira a la plaza del Rey San Fernando y a la calle Sombrerería y que antaño fue un almacén de vinos

Primero fue la Vermutería Victoria, que recuperó para la modernidad el bar más antiguo de Burgos, después le siguió la chef Isabel Álvarez con la apertura del restaurante la Maricastaña y ahora será otro negocio de hostelería, de la empresa Gastronórdica S.L., el que terminará por rematar la revitalización del callejón de la calle Somberería con una aventura empresarial que  dará vida a un local de casi 400 metros cuadrados y que lleva en desuso desde hace más de 25 años. Un espacio que cuenta también con otra entrada por la plaza del Rey San Fernando y que los más veteranos recordarán porque antaño estuvo ocupado por un almacén de vinos.
La idea de los empresarios es sumar a la zona un nuevo negocio de tapas en el que ofrecerán al público tapas y raciones elaboradas. Eso sí, aclaran que sus clientes no se encontrarán «ante un restaurante de mantel de tela», comenta uno de los socios.
Respecto al concepto, saben que les gusta el estilo de otros negocios de hostelería del centro como «La Boca del Lobo o La quinta del Monje», aunque el estilo se terminará de definir estos meses con el equipo que vayan a contratar. Y es que, aprovechan para comentar que van a empezar a seleccionar el personal con el que quieren iniciar esta aventura. «Buscamos todos los perfiles. Con experiencia, sin ella, cocineros, encargados, camareros de barra, para la terraza...». La idea inicial es comenzar «con 10 ó 12 empleados», aunque quién sabe, «si las cosas van bien», «puedan ser más».
La importante reforma que están acometiendo los dueños se inició la semana pasada, precisará de varios meses hasta su puesta a punto y con el objetivo de que antes de febrero pueda abrir al público. En un principio querían que fuera para Navidad, aunque admiten que para esa fecha será imposible.
Ilusionados con el proyecto, comentan que se irán adaptando a la demanda, que no están encorsetados en ideas prefijadas, y explican que la revitalización de esta zona del centro de la ciudad (tanto en la plaza del Rey San Fernando como en Sombrerería) fue un importante aliciente para alquilar el local.
Saben que van a tener renunciar al descanso y sacrificar buena parte de su vida familiar en lo que arranca el proyecto, pero eso lo aliarán con el entusiasmo que muestran ante un proyecto en el que no les falta la ambición.