Solo una lesión le ha impedido estar durante dos jornadas entre los que cada fin de semana defienden la elástica del Mirandés, pero cuando está en el campo hay un elevado número de posibilidades de que acabe marcando. En la renta de ocho goles que lleva el Mirandés en nueve jornadas tres han sido del delantero vasco UrkoVera, que de nuevo hizo diana en el choque del sábado ante el Albacete marcando el primer tanto de los tres que a la postre lograron los rojillos para llevarse la victoria. Además, se ha hecho acreedor de un cariño especial por parte de la afición que huele el peligro que genera en el área rival y aplaude la continua entrega y pelea por cada balón que se acerca a la meta contraria.

Por todo ello está muy contento, especialmente «por lo que la victoria supone para el equipo», que ya, como él dice con humor, «no tiene que torcerse el cuello para mirar tanto para abajo en la tabla», y además ha logrado sumar dos partidos seguidos en Anduva, «lo que nos da mucha confianza a todos».

«Aquí, en casa, tenemos que ser fuertes, debe ser uno de nuestros puntos fuertes a la hora de puntuar y sacar el máximo en casa», explica, aunque es consciente de otra realidad: «Solo con lo de casa no se llega a ningún lado, por lo que tenemos que sacar también los partidos fuera».

Asegura que el grupo no está eufórico, pero sí contento de que al menos el premio al trabajo llegue en forma de buenos resultados, recordando que partidos como el de Ponferrada en el que se perdió por un error arbitral. Y es claro en el mensaje: «Ésta es la línea a seguir, pero sin despistarnos, se vio el sábado que el colista puede complicarte y que hay que encarar los partidos la 800% para llevártelos o para rascar». También recuerda que el sábado tuvieron que remontar en dos ocasiones el marcador adverso. «Eso en Segunda es muy complicado, hemos demostrado que podemos, pero tenemos que intentar que no pase», avanza.

Pone énfasis en la calidad y entrega del grupo, explicando que como se vio ante el Albacete este Mirandés tiene bien claro que los partidos no acaban hasta que el árbitro pita el final. «Nunca le vamos a perder  la cara a ningún partido, ni ganando 5-0 ni perdiendo 0-5. Los jugadores, independientemente de la calidad de cada uno, nunca damos nada por perdido y así nos lo transmite el míster», asegura.

Del gol del sábado explica que vio cómo llegaba el balón bombeado y le dio tiempo a pensar lo que hacer antes de rematarlo: «Yo estaba bien colocado para el impulso y pensé en clavarla abajo, porque creo que es donde más sufre el portero si le bota el balón justo antes de entrar... y me salió».

Y se muestra encantado con que los goles se repartan entre varios jugadores. «Es bueno, a los jugadores nos da confianza y soltura, y me alegro mucho de que los compañeros hagan goles porque que haya variedad va en beneficio del equipo, y si los goles valen para ganar mejor», resume.

También cree que el hecho de que marcaran el otro día tres goles cuando solo llevaban cinco tantos en ocho jornadas no responde a un cambio en el planteamiento. «Simplemente sabíamos que en algún momento tenían que llegar, no se ha hecho nada diferente. Igual en el inicio no hemos hecho tantos como algunos esperaba, pero vemos que van llegando», analiza el delantero.

Preguntado por el apoyo constante de la grada, que corea su nombre en cada partido, Urko Vera solo tiene palabras de agradecimiento. Además reconoce que en Anduva el otro día se emocionó cuando la final la afición cantaba una vez acabado el partido. «Para mi es muy bonito, es el ambiente que me gusta y en mi caso el trato de la grada es más que de diez», asegura.