#El ser humano está cambiando

R. Pérez Barredo / Burgos
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Iñaki Gabilondo y Mónica Carrillo analizaron la gran transformación impulsada por las redes sociales

No es noticia que Iñaki Gabilondo esté brillante: pocas personas como él atesoran el don de la lucidez y una sencilla profundidad de pensamiento que, bien expresado y con el envoltorio de una voz que acaricia, tiene la facultad de la revelación. Su conversación con la también periodista Mónica Carrillo, acto que puso el broche a esta edición de iRedes, fue sugestiva y enjundiosa. Gabilondo se desnudó nada más empezar: confesó no tener cuenta de Twitter porque su tiempo es escaso y es difícil abjurar de las viejas costumbres adquiridas -leer, escuchar música, pensar, estar con los seres queridos-; pero, lejos de mostrarse contrario o reacio a la realidad de la redes sociales, admitió que se trata de una «revolución colosal» y que intenta estar lo más cerca posible de ésta, viviéndolo, dijo, «con estupor, interés e incertidumbre».

Carrillo, activa twittera, admitió haber llegado a las redes sociales por curiosidad, pese a que se lo pensó por lo que de exposición pública tiene la herramienta. Y destacó la utilidad de la misma para ejercer la profesión periodística. «Hoy en día se exige ser periodista 2.0», apuntó, pero también señaló ciertos riesgos: «Te conecta con más gente pero te aísla un poco del más cercano. Hay que autoimponerse desconectar», subrayó la presentadora de informativos de fin de semana en Antena 3.

Gabilondo cree que esta fabulosa corriente tecnológica «no está cambiando la comunicación ni el periodismo. Lo que está cambiando es el ser humano. La mano y la máquina están asociadas, son como un segundo cerebro; es algo más que nuevas posibilidades tecnológicas: va a transformar por completo la mirada del hombre. Se está produciendo una transformación colosal en el ser humano.Está comenzando un nuevo tiempo.Estamos en el primer minuto de algo muy largo. Las nuevas tecnologías con enfrentan con nuevas preguntas», reflexionó el periodista vasco.

En este sentido, tanto Gabilondo como Carrillo coincidieron en que es necesario tener responsabilidad y juicio crítico. «Lo primero que escasea en las inundaciones es agua potable. Y lo primero que está notándose que escasea en la inmensa inundación tecnológica es la certificación de solvencia de los datos; del agua potable.Esa es la nueva responsabilidad de los medios de comunicación.El desafío es cómo balizar todas esas aguas. No nos podemos colocar en una situación arrodillada, genuflexa, sacralizando lo que hay como si ya estuviésemos dando todas las respuestas.Eso es un error».

Sobre la rapidez con la que está cambiando todo hizo Gabilondo una advertencia: «Todo está sólo empezando a moverse; los que se han hecho duchos en su manejo tienen que seguir adiestrándose por los cambios incesantes que se van a producir. Por eso es fascinante e insensato no estar cerca de esta corriente porque está cambiando el mundo».

Así, con todas las puertas y ventanas del mundo abiertas a todos los vientos, la pregunta, para Gabilondo, no es ¿qué va a pasar? sino ¿qué vais, qué vamos a hacer? Carrillo recordó la importancia de las redes sociales en la Primavera Árabe como un hito de la contribución de éstas a transformar una realidad política y social. Y Gabilondo fue más allá, alertando de que no se puede otorgar todo el poder a las redes sociales; siguiendo con el ejemplo que puso su compañera, concluyó que las redes ayudaron a derribar a un dictador, «pero no fue capaz de construir la alternativa al cambio».