Rehabilitar la vieja estación de tren no costará menos de tres millones

Á.M / Burgos
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El Colegio de Arquitectos entrega el peritaje completo al alcalde, que se ciñe a esa cifra, pese a que el coste se determinará en el concurso de ideas. La plaza anexa se lleva otros 300.000

Lacalle, junto a algunos de los arquitectos autores del estudio del Colegio. Delante, parte de los alzados ejecutados. - Foto: DB/Patricia González

Entre 2,7 y 3,9 millones de euros. Eso es lo que costará rehabilitar la antigua terminal de tren para ser posteriormente reconvertida en un centro de ocio infantil y juvenil. «Yo me quedo con un término medio; unos tres millones», dijo el alcalde, Javier Lacalle, tras disponer del documento completo del peritaje, planimetría y documentación histórica que ha elaborado un equipo de arquitectos a través del convenio firmado entre el Consistorio y el Colegio Oficial del gremio.

El trabajo, único hasta la fecha, ha servido para constatar que el inmueble se encuentra en buenas condiciones y que, salvo la cubierta, que deberá ser reemplazada, toda la estructura (parte de ella considerada «arqueología industrial» por los ponentes del informe»), no presenta patologías graves. También se certifica que hay un forjado, el que marca la entreplanta, que es un postizo de los años 30, por lo que no pesa sobre él protección alguna al no pertenecer al proyecto original (de 1901).

Eso abre la posibilidad de tirarlo y reduce sensiblemente (un tercio) la superficie a restaurar, de ahí que Lacalle, subrayando que la parte de juegos infantiles requiere una altura que el forjado impediría alcanzar, considere que lo más probable es su demolición y, por tanto, el proyecto se acerque más a los tres que a los cuatro millones.

Será en diciembre cuando un jurado en el que habrá presencia del Colegio de Arquitectos, elegirá los mejores planos para asentar el conjunto de la terminal y dejarla en condiciones óptimas para que la empresa que opte a gestionar (y montar) el centro no realice más inversión que la de los equipamientos. Dado que la entrada al complejo será «simbólica», el beneficio que obtendrá la empresa, amplió Lacalle, es el derecho a explotar la superficie destinada a albergar usos de hostelería en la ‘torre’ Suroeste de la terminal. «En lugar de cobrar un alquiler por esas instalaciones las cederemos gratis para que quien se lo quede pueda amortizar la inversión». De la oferta dependerá también el número de años de adjudicación.

El proyecto no deberá ceñirse al edificio. Tendrá también que proponer una solución urbanística a la plaza frontal de la estación. La idea es respetar las secuoyas protegidas de la isleta pero plantear unas marquesinas en la entrada que, a modo de galería, amplíen las posibilidades del conjunto. También deberá haber un apeadero para coches. La inversión: «300.000 euros, no más».