La tensión entre Estados Unidos y la República Islámica de Irán se materializó ayer de manera efectiva cuando el presidente norteamericano, Donald Trump, dio el visto bueno para que se reactivasen parte de las sanciones dictadas por la Casa Blanca contra Teherán, las cuales ya habían quedado suspendidas gracias al acuerdo nuclear de 2015. En su alegato, el neoyorkino aseguró que esta decisión fue tomada en aras de la «paz mundial».
«Las sanciones de Irán han sido emitidas oficialmente. Cualquiera que haga negocios con Irán no hará negocios con Estados Unidos», señaló el mandatario norteamericano en su cuenta oficial de Twitter, a la vez que advirtió que los individuos y empresas que no cumplan esta medida «se arriesgan a graves consecuencias».
El mandatarío decidió el pasado mes de mayo retirar a su país del acuerdo nuclear, por virtud del cual Irán se comprometía a limitar su industria atómica a cambio de la retirada progresiva de las sanciones internacionales en su contra. Sin embargo, una vez vencido el plazo de 90 días y considerar que el régimen de los ayatolás no ha movido ficha, Trump decidió volver a las medidas punitivas.