Rajoy eleva al 2,9% la previsión de crecimiento de España para 2015

BENJAMÍN LÓPEZ (SPC)
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El presidente del Gobierno sitúa el repunte de la economía nacional cuatro décimas por encima de su anterior estimación y avanza la creación de medio millón de nuevos empleos

 
Más relajado que de costumbre, locuaz y echando mano de la ironía. Así se presentó ayer el presidente del Gobierno en un desayuno informativo celebrado en Madrid en el que anunció, entre otras cosas, que la economía nacional crecerá este año el 2,9%, lo que supone aumentar la previsión en cuatro décimas respecto a la anterior y en casi un punto a la que se contemplaba en los Presupuestos Generales del Estado. Este augurio de futuro tan favorable para el país vino acompañado de su confirmación de que quiere ser el candidato del PP a las próximas elecciones generales, al margen de lo que suceda en los comicios municipales y autonómicos de mayo: «Confíen en mí, les irá bien», sostuvo. 
Pero lo cierto es que, muchos de los que asistieron a la cita, entre los que se encontraban la vicepresidenta del Ejecutivo, siete ministros, tres presidentes autonómicos, empresarios y otras personalidades, coincidieron en preguntarse por qué el líder de los populares no acude más a menudo a eventos de este tipo en los que muestra una cara más amable y cercana. De hecho, el presidente aprovechó la expectación levantada ante su presencia para anunciar el aumento de la previsión de crecimiento de la economía. 
Ese 2,9%, que será similar también el año que viene, «no es voluntarismo ni fuegos artificiales» y va a convertir a España en «la economía del euro que más crezca entre las grandes y con una diferencia considerable respecto a la media de la eurozona», manifestó. Además, argumentó, ese repunte va a permitir crear este año «más de medio millón de empleos», un hito que, a su juicio, «ya ha puesto de manifiesto la última EPA». 
Rajoy pronunció un discurso de aproximadamente 15 minutos y, durante 40 más, estuvo respondiendo las preguntas formuladas por los periodistas por escrito, como suele ser habitual en este formato de desayunos informativos. De esta forma, habló de muchas cosas. Entre otras sobre su liderazgo en el PP, un partido que, a su juicio, «si algo garantiza es la seguridad y la estabilidad». 
Asimismo, el jefe del Ejecutivo confirmó que, pase lo que pase en las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo, no habrá «ningún cambio» en su grupo y que él será el aspirante a las generales. «Sí, sí, quiero ser el candidato. Y confíen en mí, les irá bien», aseveró con cierta dosis de ironía. 
La misma que utilizó cuando fue preguntado por la posibilidad de adelantar los comicios generales con el objeto de hacerlos coincidir con los catalanes de septiembre. Tardó en responder, se lo pensó dos veces y al final contestó con un «no voy a descartar absolutamente nada»: Eso sí, inmediatamente matizó que los que le conocen bien saben que no es su costumbre «hacer cositas a corto plazo», por lo que «la idea» es convocarlas «hacia finales de año».
Respecto a las elecciones catalanas y el carácter plebiscitario que los nacionalistas quieren darle a esa cita con las urnas, el gallego aseguró que esta convocatoria es «la que no se van a celebrar en Cataluña el próximo 27 de septiembre». Y es que, según explicó el mandatario, los comicios serán autonómicos porque es «lo que dice la Constitución». Las elecciones plebiscitarias «no existen» y «conviene decirle a la gente la verdad», sentenció. 
De igual modo, el popular explicó una vez más que con la región esta dispuesto a hablar de todo aquello que redunde en beneficio del interés general de sus habitantes excepto «de la unidad nacional, de la soberanía nacional, de la igualdad de los españoles y de la libertad y los derechos fundamentales», aclaró. 
Finalmente, respeto a una posible reforma constitucional, el presidente del Gobierno manifestó que no se opone pero que «agradecería» que le dijeran exactamente qué se pretende cambiar.