4.400 millones para aprovechar la fuerza de las renovables

Javier D. Bazaga
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Castilla y León necesitaría este volumen de inversión para reforzar sus redes de distribución y llevar a cabo el despliegue de estas energías, según Deloitte

Tendidos eléctricos en un monte de la Comunidad castellana y leonesa - Foto: Ical

Descarbonizar la generación de energía, impulsar el uso del vehículo eléctrico o mejorar la eficiencia de los consumos en el hogar son algunas de las guías para la transición energética que está promoviendo el Gobierno, y que se plasmarán en una futura Ley de Cambio Climático. Pero apostar cada vez más por energías limpias y aprovechar el potencial renovable de regiones como la de Castilla y León necesita de unas infraestructuras adecuadas y redes de distribución que permitan desarrollar esos principios.

El estudio ‘La contribución de las redes eléctricas a la descarbonización de la generación eléctrica y la movilidad’, en el que Monitor Deloitte ha trabajado con los operadores de redes eléctricas, estima que Castilla y León necesitaría acometer inversiones de entre 4.400 y 5.100 millones de euros para reforzar sus redes de distribución eléctrica, si quiere aprovechar todo el potencial renovable que posee, y no perder el tren de esa transición energética.

El documento elaborado por Deloitte considera precisamente el potencial de la Comunidad en renovables como uno de los más altos de España (entre 3,8 y 4,4 GW), por lo que serían necesarias esas inversiones para que se pueda desarrollar de forma adecuada. Tanto es así que sin este refuerzo en la red es prácticamente imposible esa apuesta por la generación renovable.

El informe analiza los objetivos medioambientales de la Unión Europea para el año 2030 que fijan el objetivo del 32 por ciento de penetración de energía renovable, por lo que será necesario instalar entre 45 y 55 GW de nueva capacidad renovable en España (si el objetivo aumentase al 35 por ciento, harían falta más de 60 GW). De ellos, hasta 6 GW podrían proceder del autoconsumo, según el estudio.

tres veces más. Esta transición plantea nuevos retos para las redes eléctricas, que deberán ser capaces de gestionar nueva capacidad no gestionable, permitir la recarga inteligente de millones de vehículos y facilitar una participación activa de la demanda. Para ello, serán necesarias inversiones en modernización, digitalización y automatización de la red eléctrica y una planificación integral que coordine las inversiones en la transición.