El nº 2 de plaza del Rey San Fernando tendrá uso cultural

Á.M.
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Se había anunciado una subasta que partía de más de 3 millones y hay empresas a la expectativa de la venta pero el alcalde avanza que será un proyecto "gestionado desde el Ayuntamiento"

Al número 2 de la plaza del Rey San Fernando le ha pasado lo que a Pedro con el lobo, sólo que no ha sido el cánido el que al final se ha personado, sino el alcalde de Burgos, Javier Lacalle. El ejecutivo local ha anunciado tantas veces la venta del inmueble que estaba cantado que su destino sería cualquiera menos el de ser vendido. Eso sí, con la decisión se van por el sumidero los planes privados -conocidos por algunos ediles ‘populares- para reconvertir el edificio en un bloque residencial o en apartamentos turísticos. También el ingreso de una cantidad que supera los tres millones de euros.

Lacalle guarda con celo sus planes para el bloque, pero sí confirma a este periódico que «ahora mismo no hay ninguna inversión vinculada a la venta de ese patrimonio y la situación económica no nos obliga a vender». Eso choca frontalmente con el anuncio hecho el pasado mes de marzo por la Concejalía de Patrimonio, que puso en el mercado el inmueble anunciando una subasta que partiría de 3.329.733 euros, si bien el proceso nunca pudo llevarse a cabo porque hay una presunta invasión del edificio colindante en algunas dependencias superiores que ahora está en un Juzgado a la espera de ser sentenciado.

El 2 de Rey San Fernando no es cualquier edificio. Es una de las propiedades mejor ubicadas de todo el catálogo municipal, ya que es vecino a la Catedral y al Espolón. Es cierto que, además de los problemas de ‘linde’ con el edificio aledaño, está protegido estructuralmente, por lo que deberá ser respetada toda su configuración sea cual fuere su destino. Además, fue declarado en ruina a mediados de 2017.

Aunque su aspecto exterior es bueno, diversos informes señalaron que existen riesgos en sus estructuras, lo que propició el vaciado del inmueble, donde había inquilinos y el Grupo Municipal Socialista continuaba teniendo su sede. Antaño fue también la sede de la Hermandad de Peñas de Burgos y de la Asociación Española Contra el Cáncer. Los bajos comerciales también están libres de cargas, si bien se permite el uso en precario de uno de ellos como oficina para la venta de los billetes del tren turístico.

«nos lo quedamos». Ahora es el propio alcalde el que tiene planes para el edificio y admite que no permitirá su venta, al menos mientras la decisión dependa de él. «Es un edificio importante y muy emblemático y creo que su vocación debe ser albergar un uso público y cultural», admite Lacalle sin especificar a qué se refiere exactamente. El bloque ha sido estudiado por varios hoteleros de Burgos, que en la mayoría de los casos desecharon la compra por la imposibilidad de construir garajes. Las últimas conversaciones oficiosas entre el área de Patrimonio y los potenciales compradores ubicaban allí un bloque íntegramente dedicado a apartamentos turísticos.

El alcalde asegura que «en los próximos meses» aclarará qué uso pretende para el inmueble, del que primero habrá que resolver los problemas de integridad y después diseñar un proyecto, cualquiera que fuere el uso, que respete su estructura y lo rehabilite de la ruina que decretó el propio Ayuntamiento. En principio, el anuncio municipal es que el Centro Cidiano se ubicará en el antiguo Asador de Aranda aunque modificando el proyecto original tras el rechazo vecinal, así que o hay un cambio de criterio o esa posibilidad estaría descartada. Lacalle también ha sido receptivo en varias ocasiones a proyectos vinculados con el Camino de Santiago. «Será gestionado desde el Ayuntamiento», zanja.