La mayor plantilla de la provincia, la de las Administraciones Públicas, está integrada cada vez por más mujeres que hombres, una tendencia que no deja de aumentar pese a que la nómina local de los empleados públicos sigue menguando, según el último balance del Ministerio de Hacienda y Función Pública. Así, de cada 10 trabajadores del Estado, la Junta de Castilla y León, la Diputación, los ayuntamientos y la Universidad de Burgos, 6 son féminas, cuando hace apenas una década había un marcado equilibrio entre sexos en la función pública.

El último Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas, hecho público recientemente y que contiene datos provinciales a fecha del 1 de enero, fija el número de empleados públicos en Burgos en 22.661 personas, lo que supone un descenso del 0,97% con respecto al mismo balance del año anterior y del 5% con respecto al que se publicó en 2009, el último que facilita el Ministerio de Hacienda.

Las cifras absolutas son más contundentes y gráficas: en un año la nómina se reduce en 222 efectivos, lo que equivaldría a una fabrica de tamaño medio en Burgos, y en los últimos nueve años en 1.213, número que podría ser similar a la plantilla fija de las grandes multinacionales de fabricación de neumáticos de la provincia, por citar un ejemplo.

La ratio de habitantes por funcionario se sitúa así en 15,7, lo que sitúa a Burgos entre las provincias con un índice más bajo. Por contra, en provincias como Pontevedra, Guipúzcoa, Soria, Gerona, Barcelona, Tarragona, Valencia, Alicante, Almería, Málaga y Palma de Mallorca supera el 20.

Pese a la paulatina reducción de la plantilla, la presencia femenina en la misma se fortalece, al igual que ocurre a nivel nacional. Hoy hay 277 trabajadoras más en la función pública en la provincia que en el año 2009, lo que contrasta con el número de varones, que desciende en 1.490 individuos.

Esta evolución se justifica por el hecho de que los hombres protagonizan el grueso de las jubilaciones, dado que la Administración Pública ha sido marcadamente masculina hasta hace escasos años.

sanidad. El hecho de que la mujer se vaya abriendo hueco en este ámbito obedece a que su presencia es hegemónica en la principal administración pública en la provincia, la Junta de Castilla y León, que cuenta con un total de 11.323 personas en nómina, 17 menos que hace un año. Féminas hay especialmente en los ámbitos de la docencia no universitaria (donde casi 8 de cada 10 son profesoras, 2.839 frente a 1.128 hombres) y en las instituciones sanitarias (que rozan las 9 de 10, es decir, 4.019 frente a 949), aunque en las diferentes consejerías en las que se estructura la Administración regional también son más numerosas.

La balanza se inclina también al lado femenino en la Universidad de Burgos (629 frente a 602 hombres) y es especialmente notoria la hegemonía en la Administración de Justicia, con 477 mujeres frente a 149 hombres.

Además, los ámbitos sanitario, docente y judicial resisten mejor el adelgazamiento de plantillas de los últimos años que aquellos donde el hombre es mayoría. Entre estos últimos están el de la Administración General del Estado, que suma 1.526 efectivos, 45 menos que en 2017.

También se detectan salidas en las nóminas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, fijada a enero en 1.196 personas en Burgos, 21 menos que enero de 2017, y en la de las Fuerzas Armadas, que baja en 162 efectivos hasta alcanzar los 1.750 en el último boletín.

La administración local y provincial es la única que experimenta crecimiento de efectivos en el último año. Según el registro del Ministerio de Hacienda y Función Pública, alcanza los 4.484 trabajadores, 17 más que en enero del pasado año. No es una cifra significativa pero viene a confirmar la tendencia de los últimos dos años de que en el ámbito público local se mantiene el empleo.

funcionarios. En la Administración General del Estado, centralizada en la Subdelegación del Gobierno, se contabilizan 1.110 funcionarios de carrera y 402 de personal laboral. Más del 70% de esta plantilla tiene entre 40 y 59 años.